Sus palabras abrieron un debate en el que surgen muchas preguntas en torno a la realidad de la institución, y una de ellas es si en este 2022 la orden será regresar a la A o definitivamente dejar escapar la posibilidad.

Lo sucedido en 2021, igualmente fue un fracaso anunciado. El grupo ascendió, pero el interés por reforzarlo fue nulo, por el contrario, perdió jugadores importantes para asegurar la permanencia, y por ello solo 4 meses y medio más tarde regresó a la segunda división.

A esto se sumaron las lesiones y las malas decisiones técnicas. El grupo comenzó la competencia con mucha fuerza, pero se fue desvaneciendo con el paso de los partidos, y entre la afición comenzó a crecer el miedo de que lo que vivían era únicamente una ilusión que rápidamente se esfumaría.

En un campeonato cruel en donde los recién ascendidos son castigados al llegar con el peor promedio, la suerte del Quindío fue realmente mala y su hinchada vivió una nueva desilusión.

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Hoy el panorama del equipo es alentador. Está en los cuadrangulares semifinales de la B, y busca dar un paso fundamental en busca del título del primer semestre, porque elementos para dar la pelea tiene, siempre y cuando no haya órdenes dañinas que afecten al que es el símbolo más grande, en el ámbito deportivo, de un departamento.

En este momento, el grupo está en la vía correcta, con el pie puesto en el acelerador, pero lo fundamental en este preciso instante es que no lo quiten de él, y que para beneficio de su parcial, lo pisen a fondo. Quindío es líder del grupo B.

El equipo jurídico de Hernando Ángel, dirigente de la institución, ha amenazado con demandar a Ramírez por lo dicho en un programa radial, pero lo cierto del caso es que el elenco sí descendió en 2013 y que aunque tuvo un sinnúmero de opciones para ascender las dejó escapar sin ninguna explicación.

Así como Colombia lo hace en la búsqueda de la paz, la gente buena que sigue al que es reconocido como cuadro milagroso necesita la verdad, la justicia y la reparación, y esta última no es otra que su regreso al lugar al que pertenece, la primera división del fútbol profesional colombiano en la que consiguió un título en el año 1956, incluyendo su nombre en el grupo de los grandes.