Como una “traición” califican los hinchas el hecho de que un jugador que fue referente en su equipo decida jugar en otro club, con el que se tiene una alta rivalidad. Este fenómeno es pan de cada día entre los equipos grandes del continente, en Europa y también en Colombia.

Así se ha evidenciado en suelo paisa esta semana, luego de conocerse que Giovanni Moreno es pretendido por Medellín, que quiere convencerlo de retornar al fútbol profesional, del que se retiró vistiendo la camiseta de Nacional, a mediados del 2022. Al interior del DIM reconocen que hubo contactos, pero ahora la decisión está en las manos del jugador. Según conoció EL COLOMBIANO el tema se ha enfriado, quizá por lo económico, pero también por el entorno que se ha generado por este posible fichaje.

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Aunque años atrás era tomado con naturalidad el hecho de vestir la camiseta de los dos equipos de la ciudad, “con la aparición de las barras ese hecho empezó a satanizarse”, así lo sienten varios de los jugadores que han pasado por ambas instituciones.

Entre la década de los 80’ y 90’ Leonel Álvarez, René Higuita, Luis Carlos Perea y Luis Fernando “Chonto” Herrera, entre otros, mostraron sus condiciones en ambos equipos y este hecho no generó repercusión por fuera de la cancha.

Sin embargo, en la actualidad en las redes sociales se generan mensajes de todo tipo, muchos de ellos de alto calibre, cuando se habla del posible paso de un jugador del conjunto verde al rojo, o viceversa.

Freddy “Totono” Grisales, Néider Yesid Morantes y Daniel Bocanegra han sido los fichajes más controvertidos entre estos clubes en las últimas décadas. Los dos primeros jugaron primero en Nacional y después en el DIM, mientras que con Bocanegra sucedió lo contrario.

“Eso en su momento es difícil, pero nosotros nos debemos a la profesión. Si uno hace el cambio lo hace con respeto, independiente de que se haga al rival de patio. La gente de pronto no entiende eso”, comentó Morantes en diálogo con este medio.

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Recordó que tras su paso al Poderoso cuando se disputaban los clásicos lo insultaban mucho y hasta le tiraban cosas, pero en la calle siempre ha recibido un trato respetuoso de la afición ‘verdolaga’.

“Pareciera que fuera un crimen jugar en otro equipo de la misma ciudad, pero es un fenómeno que se vive ya en todo el mundo. La afición debe tener claro que esto es un deporte, es entretenimiento y lo debe tomar de una mejor forma”, agregó el antioqueño, en la actualidad mánager de Turbo FC, quien subrayó que ‘Gio’ todavía tiene mucho fútbol para dar y su posible regreso enriquece el fútbol colombiano, al igual que la presencia de Juan Fernando Quintero en Junior.