Fue uno de los narradores más reconocidos en Sudamérica cuando llevaba las emociones del fútbol alemán. Su ingenio para ponerle sobrenombre a los jugadores llamaba la atención y alguna vez se encontró con uno de ellos.

En la década del 70 la Bundesliga quiso ampliar sus horizontes a nivel internacional. El torneo había nacido en 1963 cuando se unificaron varios campeonatos regionales en Alemania. La idea era llevar algunos de los partidos más importantes en retransmisión a Sudamérica. Justamente en TransTel, productora de televisión alemana, estaba trabajando un colombiano.

Se trataba de Andrés Salcedo que llegó a Alemania luego de estar en España por algunos meses. El barranquillero tenía experiencia en radio trabajando en emisoras no solo de su ciudad natal, sino de Mompox, Valledupar y Medellín. El periodista viajó a Colonia, Alemania a reemplazar a un locutor y se quedó allí. Perfeccionó su alemán e hizo las veces de traductor cuando hubo una huelga y los necesitaban.

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En cuanto a deportes trabajó cubriendo los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, en el pasado había narrado béisbol y no se le pasaba por la cabeza el fútbol. Un relator argentino iba a hacer parte del proyecto de la Bundesliga y al no llegar nunca se abrió un casting para Latinoamericanos. Por pura casualidad Andrés Salcedo grabó un ‘reel’ de un par de minutos, imponiendo su estilo pausado y al final lo escogieron de manera sorpresiva.

Cuando Salcedo creció era muy común que en el barrio a nadie lo llamaran por su nombre, casi todos tenían un apodo por alguna u otra razón. El narrador llevó esa costumbre a sus relatos y apareció ‘Caperucita Roja’ Rummenigge por sus mejillas rojas, ‘Migajita’ Littbarski por su baja estatura, ‘El espía que vino del frío’ por Norbert Nachtweih que huyó de Alemania Oriental a Occidental. Así fueron más de 100 apodos.

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En entrevista con la Revista Bocas en 2018 recordó una curiosa anécdota: “Un día, Carlitos Santillán, dueño de El Gaucho, un famoso restaurante argentino, me invitó a cenar con él y, como dijo, ‘con unos hinchas tuyos que te quieren conocer’. Nada más llegar vi, entre las tres, cuatro personas invitadas a Steiner, que, en cuanto llegué, me dedicó unas miradas muy agresivas que querían decir: prepárate, que te voy a caer a patadas. Y no solo eso, de repente se levantó de su asiento y me preguntó en alemán algo así como: ‘oye, ¿y tú por qué carajos me llamas cavernícola?’. Y a medida que aumentaba su furia crecía también mi miedo. Hasta que todos soltaron la risa, incluyendo al propio ‘Cavernícola’. Entonces supe que mi amigo Santillán, redomado bromista, se había vuelto a salir con la suya”.

La voz de Andrés Salcedo se escuchó en todo Sudamérica y muchos crecieron con sus narraciones durante los años 70 y 80. Murió el 7 de enero de 2022 a los 81 años en su casa en Puerto Colombia de un infarto. Su estilo fue único, un periodista completa, culto y diferente a casi todos los demás.