En Río 2016 el ‘Tiburón de Baltimore’ se terminó de consagrar en como el mejor atleta olímpico de la historia con un botín de 28 melladas: 23 preseas de oro, tres de plata y dos de bronce.

No obstante, dos años antes su vida estaba totalmente al revés y diversas situaciones lo llevaron a tener en mente la posibilidad de quitarse la vida. Al nadador lo detuvieron por conducir borracho por segunda vez y por esa razón la Federación Estadounidense de Natación lo suspendió de las competencias por seis meses.

Lo que siguió a la penalidad fueron días de una depresión gigante para Phelps. “No quería estar vivo. En ese momento, pensé: ‘lo mejor que puedo hacer es simplemente no estar aquí’”, contó en una entrevista CNN.

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El más laureado de los Juegos Olímpicos estuvo encerrado en su habitación por cuatro días, reflexionando sobre lo que debía hacer. Gracias al apoyo de sus amigos y sus familiares más cercanos, Phelps pudo salir de su depresión y desechó la idea del suicidio:

“Ellos estuvieron allí porque realmente se preocuparon por mí. Me dije: ‘Lo que hice fue muy tonto, vamos a resolver esto’”.

El proceso de recuperación no fue nada fácil. Phelps estuvo internado en un centro de rehabilitación y cuenta que durante los primeros 45 días no habló con nadie. Poco a poco volvió a ser el de antes. El poder compartir con sus seres queridos y el anhelo de hacer historia en Río fueron su motivación para salir adelante:

“Sabía que tenía que ponerme de la mejor forma física posible, en especial porque tenía 31 años. Para mí eso era comer y dormir bien, hacer cada pequeño ABC para asegurarme de que iba a estar preparado para cada entrenamiento”.

Michael Phelps
Michael Phelps, el atleta más laureado de la historia de los Juegos Olímpicos / Foto: Getty

Su mentalidad fue determinante y a Río llegó en una forma increíble, que luego demostró en las piscinas. No obstante, el estadounidense es un perfeccionista y en su regreso triunfal cree que le faltó algo:

“Siempre soy duro conmigo mismo, quiero decir que vi la repetición de los 200 metros (combinados, en los que ganó el oro) y todos me decían ‘fue increíble’ y yo respondía ‘sí, pero no rompí el récord mundial’”.

No obstante, hoy mirando su carrera en retrospectiva, Phelps está más que conforme con sus hazañas logradas, además de que afirma que lo más importante fue que disfrutó haciéndolo:

“Ha sido una carrera divertida y ahora puedo mirar atrás para ver todo lo que logré, porque nunca lo hice. Siempre iba de una cosa, a la siguiente y a la siguiente. Ahora, por fin puedo mirar las medallas y darme cuenta de lo que sucedió en los más de 20 años que estuve nadando”.