Y es que Íngrit Valencia, medallista en los Juegos Olímpicos de Río 2016, vive todo un calvario desde que llegó de las justas deportivas de Tokio 2020, donde no pudo conseguir preseas.

Cuando la boxeadora colombiana volvió a su casa en Ibagué, Tolima, se encontró con una orden de desalojo, pues un hombre aseguró que es el dueño del inmueble, por el que la deportista pagó 150 millones de pesos, de 270 millones del valor total. 

La pugilista le entregó esa cantidad de dinero, fruto de sus triunfos deportivos, a otro hombre que en su momento dijo ser el propietario de la vivienda que estaba en remate.

Él le entregó la casa con los servicios y la administración al día, por lo que Valencia no sospechó que se trataba de una estafa; no obstante, ahora le toca irse de la propiedad.

Lo peor de todo es que el hombre al que ella le entregó sus ahorros no aparece, por lo que ella también da por perdida su plata, dijo en Blu Radio.

“Él no da la cara. […] No hay ninguna solución de nada. […] Ya no hay nada qué hacer”, manifestó resignada la boxeadora.

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Ante el triste panorama que vive la boxeadora, están organizado todo para hacer una “donatón” a través de la fundación de la pedalista, que con la misma fórmula ayudó a Yuberjen Martínez a conseguir el dinero que no pudo ganar en Tokio 2020, tras una polémica decisión de los jueces.

Así lo confirmó ella en la emisora, y agregó que en los próximos días se dará a conocer el número de la cuenta en la que se puede donar para recolectar algo de la plata que le “robaron”.

“De hoy a mañana ya estará la plataforma y ahí enviarán el link. Estaré informando cómo va a ser la dinámica; no van a haber muchas cuentas, todo va a ser muy transparente“, agregó Valencia.

Por ahora, la boxeadora y su familia conseguirán otra casa en arriendo, mientras intentan solucionar la situación.

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