“Desde que yo dejé la enfermedad, hace 15 años, que por ahí decían ‘el dopaje, el dopaje’, yo me estaba tirando para abajo hermano, yo me estaba consumiendo, me quedé sin una moneda”, reveló el recordado ‘10’ argentino en la rueda de prensa en la que fue presentado como nuevo entrenador de Dorados.

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Arrastrando las palabras por momentos y con un discurso no muy articulado, en lo que en algunos tramos pareció una confesión de su turbulento pasado, Maradona pareció también ir a buscar la paz a esa plaza en la costa del Pacífico mexicano.

“Hoy quiero ver el sol, antes no quería acostarme, ni sabía lo que era una almohada”, añadió Diego. “Tuve muchos traspiés en la vida y hoy asumo esta responsabilidad como quien tiene un hijo en los brazos”.

Para el argentino, la oferta de Dorados es como si le dieran “una mano” que no aceptó ni siquiera de sus grandes amigos de la política sudamericana. “Estuve hablando con Evo y me ofreció la selección boliviana, estuve hablando con Maduro y me ofreció la selección venezolana”, comentó Maradona y aseguró que también dejó de lado otras ofertas de equipos de Argentina y Bielorrusia.

A sus 57 años, dijo sentirse “en el mejor momento” de su vida y se comprometió a corresponder la confianza de los Dorados. Ofreció mucho esfuerzo para lograr el ascenso. “No venimos de paseo, no venimos de vacaciones, venimos a trabajar”, garantizó al asumir la responsabilidad de un equipo que marcha en la decimotercera posición –sobre 15- en el circuito de ascenso.