Fueron 51 personas las que fallecieron después de asistir al partido de fútbol de octavos de final de la Liga de Campeones; según el estudio, allí asistieron cerca de 3.000 aficionados del equipo español pese a que ya estaban encendidas las alarmas por la presencia del coronavirus en ese país.

Matthew Ashton, director de salud pública de Liverpool, calificó como “un error” que se haya llevado a cabo la disputa deportiva el pasado 3 de marzo, y señaló que el incremento de casos de COVID-19 en su ciudad estaría relacionado con ese encuentro entre los dos equipos; por su parte, Steve Rotheram, alcalde del lugar, pidió abrir una investigación que determine las razones por las que se jugó el partido a pesar de la presencia de la enfermedad.

“Si la gente se ha contagiado como resultado directo de un evento deportivo que creemos que no debería haberse celebrado, es escandaloso”, dijo Rotheram a BBC.

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El documento de Edge Health enfatizó que las 41 muertes que pudo provocar el Liverpool vs. Atlético, se produjeron entre 25 y 35 días después, cuando España tenía 640.000 casos positivos de COVID-19, y Gran Bretaña registraba 100.000 contagiados en ese momento.

El informe destacó además que el Festival de Cheltenham (carreras de caballos), que atrajo a más de 250.000 personas en la segunda semana de marzo, pudo provocar 37 muertes más relacionadas con el virus.