Los 30.000 aficionados que colmaron el estadio El Campín presenciaron una definición por el título que inició aburrida, pero que en sus minutos finales entregó una montaña rusa de emociones propia de un encuentro tan importante para los dos equipos.

Tanto Junior como Pasto no ofrecieron su mejor fútbol en el partido de vuelta de la final de la Liga Águila. El primer tiempo solo tuvo una llegada de peligro del Pasto, un cabezazo en el área que fue bien atajado por Sebastián Viera. Los dirigidos por Julio Comesaña estaban haciendo su negocio con el pasar de los minutos ya que habían ganado por 1 a 0 en Barranquilla, pero la tranquilidad que demostraron durante el partido les jugó una mala pasada.

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Pasto, con más ganas que fútbol, protagonizó un segundo tiempo en el que quiso generar peligro en el área costeña, pero en el que no tuvo claridad en los metros finales. El Junior se nubló en ataque y apostó a conservar la mínima diferencia que lo tenía celebrando el bicampeonato.

Al minuto 81, de la nada, el defensor del Junior Gabriel Fuentes descuidó la pelota y la viveza del delantero Ray Vanegas le dio al Pasto una alegría que no estaba muy cerca de llegar. Con el 1 a 1 en el marcador global, los penales se convirtieron en el camino que separaba a los equipos de la estrella.

En la definición, Ray Vanegas pasó de héroe a villano. El delantero del Pasto falló el único de los diez cobros y por eso el Junior de Barranquilla defendió el título que le ganó hace seis meses al Medellín, celebró su noveno título de Liga y confirmó que en el último año en Colombia no ha habido equipo más ganador que ese.