Se trata de algo que muy pocas veces se ve en la historia, y tampoco más de una vez en unos mismos Juegos Olímpicos. Mucho menos en la misma prueba, por la misma atleta, tres veces y de manera consecutiva.

Todo eso lo logró la niña de China, que ya es la mejor del mundo en su categoría y ahora entra en el libro de escasos nombres que han logrado puntuaciones perfectas en disciplinas que las otorgan.

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Fueron tres saltos con dificultad 3,2, en su turno 2, 4 y 5, dando una verdadera cátedra en su disciplina. El primer 10 ya era una verdadera proeza:

Lo increíble de todo es que minutos después, cuando hacía su cuarto salto, la pequeña repitió la misma calificación perfecta con otro salto de igual complejidad.

Quan cerró con un quinto clavado perfecto para colgarse un oro que lucía poco para tan impecable actuación, seguida por su compatriota Yuxi Chen, de 15 años, que también tuvo una presentación espléndida, pero dentro de lo humanamente posible. Tercera fue la australiana Melissa Wu.