Cazares deberá pagar 24.074 dólares [86,5 millones de pesos colombianos, al cambio de hoy], suma impuesta por la Vigilancia Sanitaria de Lagoa Santa debido a que violó las medidas de distanciamiento social impuestas para frenar el avance del coronavirus y por ser Cazares es reincidente.
El centrocampista de 28 años de edad, protagonista de otros escándalos e incidentes policiales en los últimos meses, organizó el festejo el 24 de mayo en su residencia, ubicada en un exclusivo conjunto residencial cerrado en Lagoa Santa, lo que provocó una gran aglomeración, algo prohibido durante la cuarentena, y reclamaciones de los vecinos.
2 semanas después, el ecuatoriano fue diagnosticado con COVID-19, según informó el propio Atlético Mineiro, que le pidió que permaneciera aislado y evitara los entrenamientos pese a ser asintomático.
Los órganos de vigilancia sanitaria de Lagoa Santa informaron que están buscando a todas las personas que acudieron a la celebración para pedirles que se sometan a exámenes de diagnóstico. Sin embargo, hasta el momento no se sabe si hubo futbolistas entre los asistentes.
Además de la multa, se abrirá una investigación para establecer si se acusa penalmente al deportista por crímenes contra la salud pública, pues el Código Penal brasileño tipifica el delito como “infringir orden para impedir la propagación de una enfermedad” y prevé pena de prisión de entre un mes y un año.
Cazares ya había sido sorprendido en otra aglomeración prohibida, un partido de fútbol, junto al venezolano Rómulo Otero, uno de sus compañeros en el Atlético Mineiro, y otros amigos, por lo que fue considerado reincidente.
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