¿Qué le pasa al campeón? Esa es la pregunta que la prensa, los amantes del fútbol y sobre todo los hinchas del Deportivo Cali se hacen ya varias fechas atrás, el equipo de Rafael Dudamel hasta el momento no muestra señales de vida, al contrario, cada vez que salta a la cancha muestra una falencia nueva y cero mejoría en su circuito de juego.

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La derrota ante Millonarios, en una nueva edición del “clásico añejo” instaló aún más la preocupación en las toldas del campeón, hace varios años el equipo ‘azucarero’ no vivía una situación como estas en el FPC, ser último del campeonato para una institución tan prestigiosa como la ‘verdiblanca’ es algo vergonzoso, la situación más cercana es la ocurrida en 2014-I, cuando el equipo era dirigido por Leonel Álvarez, tras 6 fechas disputadas el Deportivo Cali era penúltimo con apenas cinco puntos, aquella campaña el equipo ‘azucarero’ finalizó 14º y sin conseguir la clasificación a las finales. 

Actualmente el Deportivo Cali marcha último del campeonato, de 18 puntos solo sumó 3, junto al Deportivo Pasto son los equipos que menos goles han anotado en lo que llevamos de torneo, apenas dos tantos. Es decir, en apenas dos meses se pasó de la felicidad absoluta por la obtención de la anhelada estrella 10, a la decepción por el pésimo comienzo.

En la mayoría de las ocasiones los resultados van acompañados de un juego colectivo, son pocas las ocasiones donde el juego no demuestra los resultados y el Deportivo Cali no es la excepción de ello, un equipo apático en la cancha donde el colectivo brilla por su ausencia de juego para generar ocasiones claras de gol e incluso para marcar porque en varios partidos de este campeonato le ha sucedido eso.

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Ya hablamos un poco del juego colectivo que está muy por debajo de lo esperado, pero otro de los factores que sufre el equipo es la salida de elementos claves, tres jugadores que hacían parte de la columna vertebral del equipo y dos de ellos justo en la mitad de la cancha, donde el Deportivo Cali muestra más falencias, hablamos de la ausencia de Andrés Colorado y Jhojan Valencia que se marchó a la MLS y dejaron la vara muy alta; Carlos Robles, Sebastian Leyton y Andrés Balanta no han cumplido ni un 10% del trabajo que dejaron los dos campeones, hacen ver un mediocampo espeso, con poco orden y si bastante filtro, pero para los equipos rivales porque por su zona pasan siempre como un autopista libre.

Otra baja sustancial en la ‘amenaza verde’ fue la de su goleador, ídolo y referente Harold Preciado que se marchó a Santos Laguna de México, Preciado dejó un vacío muy grande, no solo eran sus goles, también lo que aportaba desde su sacrificio defensivo, desborde y liderazgo dentro y fuera de la cancha. Harold Mosquera llegó con altas expectativas, pero él mismo se ha ido encargando de opacar esas expectativas con sus bajos rendimientos y a Yony González no se lo puede evaluar mucho porque hasta ahora vio pocos minutos.

Muchos se preguntarán, ¿Tiene culpa el profesor Rafael Dudamel? Lógicamente que la tiene como todo el plantel, pero también se debe tener en cuenta que es difícil armar un equipo de la noche a la mañana cuando has perdido piezas muy claves en el equipo y sobre todo cuando los refuerzos no rinden. Si algo se le puede criticar al técnico venezolano es mantener en su posición a jugadores que no rinden, como el caso de Sebastian Leyton o Andrés Balanta, e incluso del mismo Ángelo Rodríguez que hace 15 partidos no anota un gol. En una cantera y más como la del Deportivo Cali se pueden encontrar soluciones en chicos como Lucumi o Gian Franco Cabezas, pero hasta ahora no son utilizados.

El equipo ‘azucarero’ para salir de este bache necesita refuerzos, como por ejemplo un “9” que te garantice goles y el cual la junta directiva confirmó que va a llegar, pero lo más importante es que debe haber unión, trabajo duro y mucho carácter para salir de esta angustiosa y preocupante situación que vive el campeón de Colombia. El próximo partido en condición de visitante ante el Deportivo Pasto debe ser el juego que sirva como punto de inflexión para que los dirigidos por Rafael Dudamel resurjan de las cenizas y empiecen a tomar vuelo porque el campeonato parece ser largo, pero no da respiro.