El América de Cali prescindió de los servicios del futbolista a final de año pasado cuando se cumplía el contrato. Sin embargo, Zapata declaró en el programa La Red que debería continuar recibiendo prestaciones como había ocurrido hasta diciembre de 2018, dado que sufrió su trombosis venosa profunda cuando aún se encontraba vinculado al equipo.

Actualmente sigue tomando pastillas anticoagulantes y no puede practicar ningún deporte de alto impacto. En su casa, está autorizado a hacer bicicleta estática a baja intensidad y natación.

“Esta es la vida mía ahora, de cita en cita, incapacitado y haciéndome todos los exámenes del momento”, comentó Anderson Zapata a La Red.  Además, dice que no pierde la esperanza de volver a las canchas y se aferra a su fe, pero admite que está en el proceso de solicitar la pensión por incapacidad dado que cumplió con los 180 días que indica la Ley.

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A pesar de su situación se considera muy afortunado de estar vivo. Recordó que hace seis meses el médico vascular cuando lo revisó le dijo que él estaba contando la historia porque Dios era muy grande, pues consideraba que era anormal que el futbolista siguiera jugando así a pesar de tener ese cuadro clínico.

Aunque estaba sintiéndose mal, Zapata alcanzó a jugar dos partidos antes de ser hospitalizado por cinco días. En su último juego, en Tunja, incluso tuvo que usar oxígeno en el camerino al finalizar la contienda deportiva porque estaba completamente ahogado; luego sabría que esto era causado por dos trombos que tenía en sus pulmones.