Si hubo alguien que hizo grande al Deportes Tolima y honró la confianza depositada por su máximo accionista, Gabriel Camargo Salamanca, fue el técnico Alberto Miguel Gamero: quien se dio el lujo de irse de la institución, en búsqueda de nuevos horizontes, y de volver para seguir escribiendo historia, como el más ganador en 68 años de vida corporativa del club en el fútbol colombiano.

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Gamero, quien llevó al llanto al dirigente tras su adiós, aquel 3 de diciembre de 2019, para tomar las riendas de Millonarios, no podía pasar desapercibido en uno de los momentos más dolorosos de la institución, a la que le entregó los títulos de la Liga 1 2018 y la Copa Colombia 2014. Y mediante su cuenta de Instagram, el ‘Sonero’ dedicó unas sentidas palabras al quien fue su jefe y amigo.

“Mi viejo, nunca lo olvidaré. Fue para mí una persona que me ayudó a ser más fuerte en la vida, porque en usted vi la fortaleza que siempre tenía. Gracias por darme su voto de confianza y su apoyo”, comentó Gamero, quien arribó por primera vez al elenco de la ‘Tierra Firme’ en mayo de 2014, y tras irse en diciembre de 2016, volvió en agosto de 2017 para dar un nuevo golpe de autoridad.

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“Se fue, pero siempre estará en nuestros corazones. Q.E.P.D. Para Doña Leonor, doctor Cesar, Alejandrito, y toda la familia, mis más sinceras condolencias. Que Dios lo tenga en su gloria”, agregó el entrenador, quien supo comprender a la perfección al dueño del ‘Vinotinto y Oro’, lidiar con sus ‘rabietas’ y poner a andar un proyecto que, luego de tres años de su partida, sigue dando frutos.

Es que al único adiestrador al que Camargo le puso un ‘cheque en blanco’ sobre la mesa para que pusiera la cifra que deseara ganarse fue a Gamero. Era tal la confianza y complicidad entre ambos que el boyacense, conmovido por la petición del orientador, no tuvo cómo negarle su salida de la institución, en pro del sueño personal que tenía Alberto Miguel de estar al frente del cuadro ‘Albiazul’.

“Le hice una muy buena oferta para que se quedara. Pero en este momento ya no es cuestión de plata, sino del bienestar y la realización que quiere tener con su familia. Y por eso ha primado la decisión de dejarnos y de vincularse con Millonarios”, dijo en ese entonces Camargo, quien estuvo a punto de quebrarse en lágrimas delante de los futbolistas y sus demás empleados.

El agradecimiento del dirigente fue eterno. Sobre todo cuando Gamero paró la crisis en la que se convirtió la temporada del 2017, cuando tras su salida recurrió a cuatro estrategas: El uruguayo Gregorio Pérez, quien duró algo más de 30 días; el ibaguereño Carlos Castro, interino por un partido; Óscar Héctor Quintabani, por cuatro meses, y José Eugenio ‘Cheché Hernández, quien duró 60 días.

Así se selló para la eternidad una relación contractual y personal única, solo comparable con la que tenía otro de los ‘hijos mimados’ de Camargo Salamanca: el hoy técnico Hernán Torres Oliveros, quien al igual que Gamero ha estado en dos oportunidades al frente del primer equipo, sin importar duros reveses, pues con el tiempo supo retribuir esa confianza y logró la tercera estrella en el escudo.