De acuerdo a información publicada por BBC Mundo, los precios bajos del combustible para aviones y el crecimiento de la industria aérea han influido en la baja de los precios de los tiquetes de avión.
Este comportamiento se ve reflejado en las estadísticas arrojadas anualmente, por ejemplo, viajar de Nueva York a Londres costó, en promedio, US$3.160 (9’546.827 pesos) durante el 2015, mientras que en el 2016 se redujo a US$2.006 (6’060.422 pesos).
Así como la diferencia entre un año y otro se ha reflejado en los precios, las diferencias entre décadas va más allá. La comida, las bebidas, las sillas, los atuendos y la relevancia de viajar en avión son algunas de las características que más han cambiado.
La ropa
Actualmente es común ver en los aeropuertos a los viajeros con un pantalón cómodo, tenis y un buzo que los abrigue, pero antes el atuendo era muy diferente, ya que viajar era algo a lo que solo unos pocos podían tener acceso debido a los altos costos, así que esto era muestra de un alto nivel social, y los ‘outfits’ tenían que ir de acuerdo su posición.
Los hombres optaban por trajes completos, con saco y corbata. Nunca hubieran pensado en utilizar tenis; los zapatos de cuero eran algo obligatorio. Además, utilizaban su mejor reloj, las mancornas heredadas de familia y el pisacorbatas que les hayan regalado.
Las mujeres no se quedaban atrás. Siempre escogían un vestido elegante que estuviera a la altura de la ocasión, un broche de joyas que adornadora su pecho, tacones que exaltaran su elegancia, un peinado que recogiera todo su cabello y que dejara descubierta su cara, un manicure impecable, y joyas con las que pudieran brillar durante todo el viaje.
Pero ahora es diferente, tanto hombres como mujeres escogen esos pantalones cómodos que los dejen moverse, un buzo o chaqueta que los proteja del aire acondicionado de la nave, un peinado casual y muy relajado, y los accesorios no son algo que consideren, ya que prefieren viajar ligeros.
La maleta
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Antes, las personas que viajaban llevaban maletas hechas en cuero, debían ser resistentes y, como detalle, les pegaban las calcomanías de los lugares que visitaban. El equipaje complementaba el atuendo del viajero, era glamoroso y estaba cargado de estilo.
Ahora los viajeros piensan más en practicidad que en estilo. Escogen esas maletas donde les quepa de todo, esas que, a pesar del peso, puedan movilizar por todos los lugares que recorrerán. Tienen un plan B en su equipaje en caso tal que su maleta se extravié, y sin importar la maleta que compren esta también debe funcionar de almohada en caso de que deban hacer una escala.
Fumar
Ahora es algo que nadie podría siquiera imaginarlo, pero antes de 1999 fumar era algo común en los aviones. Según el medio El Clarín, los pasajeros podían disfrutar de sus cigarrillos en pleno vuelo, incluso la tripulación vendía, y hasta había salas para los fumadores, aunque el olor a tabaco se expandía por toda la cabina.
Colombia se convirtió en el primer país latinoamericano en adoptar esta medida, la cual también incluía la prohibición de tabaco y sus derivados.
La comida
Tal vez una de las razones por las que los pasajes tenían un precio tan elevado era por la cantidad y la calidad de la comida que servían. En la carta había embutidos, carnes, vinos, botanas y otros alimentos que los pasajeros podían pedir abordo.
En el avión había un verdadero banquete, algunas aerolíneas incluso contaban con sus propios chefs. Y no, no había recipientes plásticos sobre una servilleta de papel; la comida se servía acompañada de mantelería, copas y tazas de cristal, cubiertos y toallas calientes para las manos.
Actualmente las aerolíneas han cambiado estas vajillas por envases plásticos, lo cual facilita mucho más su transporte y consumo de los pasajeros. Sin embargo, en primera clase se ofrecen, en algunos casos, platos típicos del país al que viaja o del cual es la compañía aérea.
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