Para Rubén Rojas, la Semana Santa se convirtió en una para olvidar, pues fue detenido en un retén por la Policía de Tránsito, y recibió el comparendo y los castigos mencionados por el simple olor del vehículo; también, porque se negó a hacerse la prueba de toxicología, informa Noticias RCN.

“Me insinúan que mi vehículo huele a marihuana, a lo que yo respondo, yo soy consumidor ocasional de cannabis“, señaló el hombre, que insistió que en ese momento no estaba consumiendo la sustancia.

El conductor dijo que después de que admitió ser consumidor ocasional, uno de los policías le insinuó un presunto soborno al preguntarle: “¿Cómo arreglamos ahí, cómo hacemos con este asunto?”.

“Estando en el hospital el ciudadano se niega a hacerse la prueba por lo que se le notifica (ley 1693 de 2016) sobre la orden de comparendo y la inmovilización del vehículo”, explicó en el noticiero el capitán Anderson Arana, director seccional de tránsito del departamento del Tolima, jurisdicción que se encargó de la diligencia.

El conductor dijo que le requisaron el carro a fondo, pero no encontraron rastros de la sustancia, por lo que el conductor decidió impugnar el comparendo aduciendo que no fue sorprendido en flagrancia.

A este respecto, la ley dice que así no haya flagrancia, hay una presunción de que el conductor estaba al volante bajo los efectos de la marihuana, y ese hecho es reforzado por su negativa de hacerse la prueba toxicológica, señala el informativo.

En este caso, prevalece el castigo por presuntamente conducir bajo los efectos de una sustancia sicoactiva sobre el derecho a consumir una dosis mínima de forma recreativa.