Los investigadores subrayan que el grado de protección depende de que la mascarilla se coloque y se correctamente.

Así, si una persona infectada y otra sana se encuentran en un espacio interior a corta distancia, el riesgo de infección es de un 0,1 % incluso pasados 20 minutos.

Sin embargo, con las mascarillas FFP2 mal ajustadas el riesgo de infección en el mismo escenario es aproximadamente del 4 por %, calculan los investigadores.

Para una protección óptima, la pinza nasal debe tener forma de “W redondeada” para que presione lateralmente las fosas nasales. En el caso de las mascarillas quirúrgicas, un buen ajuste reduce el riesgo de infección a un máximo del 10 %.

Los investigadores calcularon el riesgo de infección combinando varios factores, como el tamaño de las partículas y los tipos de exhalación.

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“En la vida cotidiana, la probabilidad real de infección es sin duda entre 10 y 100 veces menor”, indica el director del Instituto Max Planck para la Dinámica y la Autoorganización, Eberhard Bodenschatz, en la publicación especializada ‘Proccedings’ de la Academia Nacional de Ciencias estadounidense (NAS, por sus siglas en inglés).

El estudio también calcula el riesgo de infección entre 2 personas que no llevan mascarillas y concluye que al aire libre, a una distancia de 3 metros, si una persona sana respira el aire exhalado por una contagiada con coronavirus, es muy posible que se infecte.