El miércoles 21 de diciembre se registró el solsticio de invierno, fenómeno que marca el inicio de esta estación, así como el día más corto en los países que se encuentran en el hemisferio norte y el más largo en los que se ubican en el hemisferio sur.

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Un solsticio responde a la época del año en la que el Sol se encuentra en uno de los trópicos, es decir, los puntos de la eclíptica se encuentran más alejados del ecuador. En el caso de este solsticio de diciembre, el hemisferio norte está muy alejado del Sol, produciendo que el día sea más corto y la noche más larga.

Durante este evento, en los lugares que se encuentran más lejos de la línea del Ecuador, como el Círculo Polar Ártico, se experimenta la noche polar, es decir, el Sol no sale durante las 24 horas del día. En la zona templada, como los países de Europa y Norte América, el día es significativamente más corto de lo habitual (hay menos horas de luz solar).

No obstante, en las áreas tropicales, como Colombia, el período de tiempo entre la salida y la puesta del Sol no varía mucho a lo usual. Las horas de luz solar cambian en menos 10 minutos.

Por otro lado, en el Círculo Antártico el día dura más y la noche menos. De hecho, tiene lugar un fenómeno conocido como “El sol de medianoche”, que, como su nombre lo indica, quiere decir que el Sol no se oculta durante las horas de la noche.

¿Cada cuánto sucede un solsticio?

Cada año tienen lugar dos solsticios, uno en junio, llamado solsticio de verano, en el cual el Polo Norte se encuentra más inclinado hacia el Sol que durante cualquier otro día del año y otro en diciembre, el de invierno.

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“La Tierra no es el único planeta con solsticios; cualquier planeta con un eje rotacional inclinado también los tendría. De hecho, los científicos planetarios usan los solsticios y equinoccios para definir las “estaciones” en los otros planetas del Sistema Solar”, expone National Geographic.