La patología puede tener desenlaces adversos como caídas, pérdida de funcionalidad, fragilidad y mortalidad. Usualmente, ocurre en los adultos mayores, pero también puede suceder en edades más tempranas como en el caso de los adultos en edad media que se asocia a la sarcopenia con otras condiciones.
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Así lo explica el especialista Gustavo Díaz, nutricionista, docente e investigador de la facultad de Medicina de la Universidad El Bosque, quien habló con Gestarsalud para aclarar las dudas más frecuentes frente a esta enfermedad que, según un estudio realizado en Colombia llamado Salud, Bienestar y Envejecimiento (SABE), puede afectar a cerca de la mitad de los mayores de 60 años.
El académico explicó que existen dos tipos de sarcopenia, la primaria, relacionada estrictamente a la edad y en la que no hay ningún otro factor que cause la pérdida de masa muscular más allá que la edad y los procesos de envejecimiento; y la secundaria, causada por otros factores o en adición al proceso de envejecimiento. En este último grupo están, por ejemplo, las enfermedades sistémicas, todas aquellas que generan problemas inflamatorios como el cáncer, falla de órganos, inactividad física, sedentarismo e inadecuada ingesta de alimentos y proteínas.
¿Por qué se produce la sarcopenia?
Puede ser causada por el proceso mismo de envejecimiento. Sin embargo, hay otros factores que pueden estar generando la enfermedad en adultos mayores o en edades más tempranas. Hay factores nutricionales en quienes tienen baja ingesta de proteína, energía, micronutrientes o problemas relacionados con la mala absorción gastrointestinal, la pérdida del apetito, problemas a nivel oral, de difusión o de masticación.
Hay otros factores asociados a la inactividad física, como por ejemplo, el estar en cama, la inmovilidad, el sedentarismo, el desacondicionamiento y la baja actividad física. También influyen enfermedades de los huesos y las articulaciones que generan una baja actividad física y desórdenes cardio pulmonares que incluyen falla cardiaca, EPOC, entre otras enfermedades metabólicas como la diabetes, alteraciones endocrinas como lo es la parte de andrógenos en mujeres y testosterona en hombres.
Y finalmente están los desórdenes hepáticos y renales, y generalmente todas estas enfermedades que generan un grado de estrés metabólico a largo plazo también generan sarcopenia.
¿Hay alguna edad específica para padecer esta condición?
No existe una edad específica porque la sarcopenia está asociada al envejecimiento y a los procesos de salud y enfermedad. Es una patología dinámica, es decir, puede aparecer en unas personas a más temprana edad y en otras a una edad más tardía.
Y si bien se reconoce como una enfermedad asociada al envejecimiento, se ha observado que también la pueden padecer adultos desde los 40 años. Pero ojo, es importante tener en cuenta que el inicio de la pérdida de masa muscular natural se inicia a los 30 o 35 años dependiendo de los factores, pero no significa que exista la sarcopenia, ya que hay una funcionalidad conservada.
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¿Cuáles son los síntomas de alerta que me pueden indicar que sufro sarcopenia?
Podríamos decir que esta es una enfermedad silenciosa, se identifica mediante la pérdida de masa muscular y la pérdida de función muscular. La pérdida de masa muscular se mide de diferentes formas, como la circunferencia de pantorrillas, brazo y piernas. Hay otras más avanzadas como ecografía, tomografías en diferentes segmentos o partes del cuerpo, pero este procedimiento siempre debe ser realizado por un profesional. Adicionalmente, algunos posibles signos evidentes de esta enfermedad son pérdida de masa muscular, adelgazamiento y pérdida de fuerza.
¿Se puede prevenir la sarcopenia?
La sarcopenia no se puede prevenir, pero se puede dilatar el tiempo de aparición debido a que está relacionada al envejecimiento. Los estudios poblacionales de otros países indican que, a mayor edad, mayor prevalencia de esta.
Precisamente por ello para evitar que aparezca de manera temprana debemos procurar mantener un buen estado de salud en general, buena ingesta de nutrientes, proteínas y micronutrientes de todo tipo, sobre todo los relacionados al metabolismo energético y al anabolismo muscular, como lo son magnesio, hierro, fósforo, cobre, zinc y manganeso.
Así las cosas, también debe cuidarse el aparato digestivo con el consumo de fibra, realizar actividad física, ejercicios de fuerza y de resistencia; y cuidar y prevenir enfermedades para no generar estrés metabólico al cuerpo.
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¿Qué implicaciones tiene la sarcopenia en la calidad de vida de las personas?
Está enfermedad puede ocasionar múltiples desenlaces adversos, ya que la persona no tendrá la misma fuerza de antes, movimiento, destreza, puede que haya dejado de hacer ejercicio, se cansa más rápido, fragilidad (acumulación de daños y varias enfermedades), pérdida de funcionalidad, dependencia, y mayores riesgos de caídas y fracturas.
¿Cómo se diagnostica la sarcopenia?
La sarcopenia se diagnostica principalmente midiendo la masa muscular para identificar el primer factor que es la pérdida de masa muscular, y el segundo es la parte de la funcionalidad o cualidad de la masa muscular. Lo debe hacer un profesional de la salud que tenga conocimiento y entrenamiento en este campo.
Así mismo se utilizan herramientas antropométricas como circunferencias y medidores de fuerza como el handgrip, baterías de actividad física y pruebas físicas que ayudan a determinar la funcionalidad muscular.
¿Existe algún tratamiento para la sarcopenia?
Los estudios no son muy concluyentes, incluso algunos han postulado que el HMB (Ácido Beta-Hidroxi Beta-Metilbutírico) podría ayudar a conservar y aumentar la masa muscular, sin embargo, se ha demostrado que el efecto real se encuentra cuando se consumen estos suplementos nutricionales junto al estímulo muscular, es decir, hay que incorporar la actividad física.
A nivel farmacológico, se ha probado la suplementación de vitamina D y la parte de hormonas anabólicas, testosterona y estrógenos, respectivamente, pero no ha mostrado un gran efecto, no obstante, aun este campo de investigación está abierto y no ha llegado a una conclusión.
Por tanto, el mejor tratamiento son los suplementos proteicos con actividad física estimulante al anabolismo muscular.
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