Por: El Colombiano

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Este artículo fue curado por Luis Bello   Oct 6, 2023 - 10:02 pm
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Como especie los gatos tiene un sistema social flexible, pues aunque sus antepasados fueron animales bastante solitarios, y algunos heredaron y aún conservan ese rasgo, muchos otros han demostrado que cuando forman grupos y hay recursos suficientes para todos, pueden llegar a trabajar y a convivir muy bien juntos.

Sin embargo, esa sociabilidad, en algunos casos, los expone a enfermedades infecciosas como la leucemia viral felina, una de las enfermedades más comunes que pueden presentarse los gatos, la cual es causada por un retrovirus, es decir, un virus que utiliza ARN en lugar de ADN, y cuyo mecanismo es similar al Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), según explica Gabriel García, gerente técnico de la Unidad de Animales de Compañía de MSD Salud Animal en Colombia.

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“Si bien se han hecho grandes progresos para prevenir y controlar la enfermedad en los últimos años, se estima que esta enfermedad puede afectar al 5 % de los gatos en el país, por lo que es importante tenerla siempre presente y fomentar la vacunación de los animales independientemente de los hábitos que tengan o de si comparten con otros animales”.

Se contagia, comenta Fredy Alberto Manrique López, médico veterinario y máster en etología clínica y bienestar animal de la Universidad Complutense de Madrid, a través de la saliva cuando se da un acicalado mutuo entre un animal infectado y uno no infectado, de allí que se le llame “la enfermedad de los gatos amistosos”, aunque también sucede por medio de mordeduras, por compartir comederos y bebederos, por herencia (las madres gatunas infectadas le transmiten el virus a sus hijos a través de la gestación y la lactancia), e incluso en algunos casos, por las secreciones nasales, la orina y las heces.

En un principio los gatos empiezan a manifestar signos que pueden relacionarse con otras enfermedades como pérdida de peso, falta de apetito, decaimiento e incluso la aparición de otras infecciones debido al daño de las células y órganos de defensa del animal, pero luego, llegan signos más clásicos como tumoraciones (linfomas, fibrosarcomas, osteocondromas, etc.), leucemia (aumento de los glóbulos blancos), anemia, signos oculares, articulares o renales, e incluso, los gatos destinados a la reproducción pueden presentar abortos e infertilidad.

No obstante, tal y como lo señala García, es vital tener en cuenta tres factores importantes. Primero, como este virus tiene una particular afinidad por el sistema inmune o de defensas de los gatos, hay que vacunar a todos los individuos. Segundo, factores como la edad, la carga viral a la que se exponga el animal y también el tiempo de exposición pueden hacer que los síntomas varíen. Tercero, a pesar de que es una enfermedad grave, el pronóstico es reservado y el animal, cuando se le brindan buenas condiciones de control, puede vivir meses o años.

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Lamentablemente en la actualidad no existe un tratamiento para la leucemia viral felina. “Las terapias están enfocadas al tratamiento de sus enfermedades asociadas, a la mejora de los síntomas y a tratar de mantener una buena calidad de vida del paciente”, aclara la Asociación de veterinarios españoles especialistas en pequeños animales.

Por ejemplo, se les practica tratamientos para las infecciones asociadas; se les hace un mantenimiento del estado corporal con una buena dieta; se les ofrece atención preventiva para detectar y actuar lo más rápido posible ante la aparición de anemias, leucemias y neoplasias con aplicación de transfusiones, quimioterapia; y por último, el veterinario indica el uso de estimulantes de las defensas o antivirales cuando lo considera oportuno.

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Sobre este punto Manrique es enfático en señalar que es imprescindible que los gatos positivos a este virus no convivan o interactúen con otros gatos sanos, y que no salgan a la calle para evitar que contagien a otros felinos sanos.

Gabriel García explica que “la mejor forma de prevenir a los gatos contra la leucemia viral felina es a través de la vacunación. Hoy en día se recomienda vacunar a todos los gatos, porque por lo general no se tiene uno solo en casa, se tienen dos o más, y en algunas ocasiones los gatos pueden escabullirse del hogar y tener contactos con otros felinos que deambulan en las calles y que portan la enfermedad. Y si bien es cierto que ninguna vacuna puede considerarse 100 % efectiva, la tecnología con la que se cuenta hoy en día permite asegurar porcentajes elevados de protección y también de seguridad para el animal. Los gatitos deben vacunarse entre la octava o semana de vida, y luego ser revacunar anualmente a aquellos más expuestos a la infección”.

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