Está comprobado científicamente que los hombres son menos flexibles que las mujeres. Incluso, ellos son los que más presentan calambres en medio del acto, por esto, Men’s Health compartió algunas de las poses que salvarán las noches de muchos.
- El misionero: aunque a esta posición se le podría llamar “la vieja confiable”, lo ideal es que se realicen variaciones para disfrutarla más. Aquí, la rotación de la cadera es mínima y la fricción con la pelvis de la mujer puede hacer que se consiga un orgasmo con mayor facilidad.
Si se coloca una almohada bajo las nalgas de la mujer se puede lograr un contacto más directo. Además, si ella acomoda las piernas sobre el pecho de él, alcanzará una penetración profunda.
- La ‘cuchara’: la pose se hace como si se fuese a dormir, solo que los dos estarán más que despiertos. Aquí el estiramiento será prácticamente nulo, sobre todo si el hombre tiene una pared para apoyarse y hacer embestidas fuertes.
La mujer podrá acomodar sus piernas cerradas para dar una mayor fricción, o dejarlas abiertas y con las nalgas hacia atrás para conseguir un contacto más profundo.
- En la silla: el hombre se sentará de forma normal mientras que la mujer se sentará de frente a él, abrirá sus piernas y será penetrada. Ella será quien tenga el dominio sobre la situación: podrá controlar profundidades, velocidades y los movimientos; le será más fácil a la amante si la silla tiene espaldar.
- De pie: a pesar de que para muchos es incómodo, él solo deberá realizar una leve flexión de rodillas y rotación de caderas. La forma más sencilla de hacer todo es contra una pared.
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