En algunos estudios describen que, los gatos tienen una incapacidad para detectar sabores dulces pero son capaces de detectar cambios en el sabor del agua o la presencia de una medicina, ya que pueden identificar cualquier ingrediente en el alimento.

El sentido del gusto está estrechamente relacionado con el olfato, estos dos sentidos trabajan muy de la mano, pues el conducto nasal finaliza en la boca, entonces las moléculas del olor son recogidas del aire sobre la lengua, al ser esta apretada contra el órgano de Jacobson, se trasmiten señales a los centros nervioso en la región del hipotálamo relacionados con el apetito.

La lengua de los gatos está revestida de protuberancias ásperas, o papillas, que son usadas para raspar la carne de los huesos o acicalarse. Las papilas gustativas se hallan en la punta, los lados y la base de la lengua, que es un músculo versátil, puede formar una “cuchara” para beber agua, y además es tan sensible como la piel de la nariz y las almohadillas plantares, puesto que contiene extremos de nervios sensitivos.

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Es muy común en los felinos perder el sentido del gusto a medida que van creciendo por eso ellos pierden el interés en la comida.

Lo que los gatos prefieren

Los gatos son carnívoros estrictos y proteína animal es lo que ellos quiere y necesitan, para vivir y tener calidad de vida. Todo depende de factores como el aroma, la forma y la textura. Además de factores relacionados con el entorno y otros animales que hagan parte del hogar. Los gatos escogen su alimento en orden de prioridad de acuerdo a:

  • Principalmente el aroma, este es clave para la aceptación, si tiene el olor correcto será aceptado.
  • Forma y textura son focos de atención para el gato, la textura debe ser acorde con su fisiología digestiva ya que la lengua es un órgano muy sensible.
  • La sensación después de comer. Esto va directamente relacionado con los nutrientes y con la digestibilidad, es decir la facilidad que tenga para digerir el alimento.

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Algunos sabores…

  • Ácidos: Los receptores del sabor ácido están presentes por toda la superficie de la lengua.
  • Salados: son de fácil detección para los felinos.
  • Amargos: los gatos puede detectar estos sabores amargos que los pueden salvar de consumir sustancias toxicas.

La lengua de los gatos está revestida de protuberancias ásperas, o papillas, que son usadas para raspar la carne de los huesos o acicalarse.

Un estudio reciente intenta averiguar el por qué los gatos muestran indiferencia por los sabores dulces. Dicho estudio muestra que la razón se halla en los genes, argumentando que si los felinos no muestran atracción por los dulces, puede que se deba a alguna alteración del sistema doble de receptores químicos.

Para conseguir un gusto específico, en la superficie de los botones gustativos existen unas determinadas proteínas, capaces de unirse a las moléculas de dicho gusto y sentir lo que comemos. Cuando esta se produce, genera una señal química a la neurona que activa el proceso sensorial del cerebro para generar el gusto.

Mediante un análisis se comprobó que en su ADN existían los dos genes correspondientes a la producción de moléculas sensibles al azúcar. Sin embargo, se comprobó que uno de los genes no estaba activado (Tas1r2). Con esto se concluye el por qué los gatos no pueden sentir la dulzor de los alimentos.

En la actualidad existen múltiples opciones para alimentar nuestros gatos, pero no todos son lo que ellos necesitan, un gato sano es un gato feliz, ellos necesitan comida saludable y lo mejor es proteína de origen animal, fibra y agua.

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Contrario a los perros, el sentido del gusto de los gatos se localiza en la punta de la lengua, lo que le permite probar las cosas sin tener que tragarlas. Nuestras mascotas son sensibles a los sabores amargos, ácidos y salados, pero no a los dulces.

Catalina Cuadros, Zootecnista de la Universidad de La Salle. Especializada en Nutrición y Fisiología Felina de Broward Conmunity Collegue, en Estados Unidos.