En un informe publicado por el Daily Mail y realizado por la Universidad de Edimburgo, analizaron el componente genético de más de 300 mil personas entre los 16 y 102 años, procedentes de Norteamérica, Europa y Australia.

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Con dichas personas encontraron que quienes eran más inteligentes tenían más posibilidades de tener una visión reducida, pero un punto a favor fue que tenían la ventaja de mejorar su salud cardiovascular.

A pesar de esto, los investigadores no lograron hallar la relación directa o el factor diferencial entre la falta de visión y el buen estado del sistema cardiovascular con la amplia inteligencia de los individuos.