La conocida popularmente como ‘tos de las perreras’ es una de las enfermedades más comunes en perros y que afecta frecuentemente el trato respiratorio superior de los animales.

Está distribuida a nivel mundial por lo que es considerada altamente contagiosa y de carácter estacional, pues ocurre con mayor frecuencia en los meses más fríos.

Este mal afecta principalmente a animales que cohabitan ambientes de alta densidad poblacional como perreras, refugios, hoteles, hospitales veterinarios e instituciones de investigación.

Además del clima frío y la elevada densidad poblacional en un mismo local, la presencia de otras enfermedades y/o disminución en la inmunidad de los individuos también son considerados como factores que predisponen a esta enfermedad.

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Varios agentes infecciosos que actúan aisladamente o en conjunto están involucrados en la presentación del complejo respiratorio infeccioso canino tales como los virus y bacterias y muchas veces actúan en conjunto.

La principal forma de transmisión ocurre principalmente por aerosoles de secreciones oro-nasales de los animales infectados o directamente a través de objetos contaminados. En casos dónde perros y gatos viven en gran proximidad, existe la posibilidad que la transmisión ocurra de una especie a otra.

Diagnóstico de la ‘tos de las perreras’

Al ser clasificada como una enfermedad autolimitante, en la mayoría de los casos clínicos no hay una preocupación por realizarse el diagnóstico definitivo, pero si en evaluar la gravedad de esta enfermedad y descubrir si hay la existencia de infecciones secundarias.

Así, para los casos no complicados de esta enfermedad, el diagnóstico se fundamenta principalmente en los síntomas presentados por los animales a través de la realización de una adecuada historia clínica y de un examen físico detallado.

Para el diagnóstico diferencial pueden ser incluidos exámenes complementarios como hemograma, rayos-x, cultivos, análisis de fluido de lavado traqueal, serología o PCR. La identificación de los agentes posibilita una mejor orientación del tratamiento y un pronóstico más favorable.

Aspectos clínicos de la ‘tos de las perreras’

La mayoría de los perros con traqueo bronquitis infecciosa presentan la enfermedad “sin complicaciones” y sin señales de enfermedad general, la principal señal clínica es la tos, ronca, seca o moderadamente productiva; que es frecuentemente incrementada por el ejercicio físico del animal o por la palpación de la tráquea.

En casos de infecciones mixtas, la presencia de otras señales clínicas como escurrimiento nasal y ocular, vómito y, con menos frecuencia, falta de apetito, depresión y fiebre.

Los signos clínicos de infección ocurren de 2 a 14 días tras la exposición con duración aproximada de 10 días, caso que no haya complicación del estado por otros agentes. Al final de la infección los animales infectados continuarán transmitiendo la bacteria por 6 a 14 semanas, pudiendo contaminar otros animales susceptibles durante este período.

Tratamiento para la ‘tos de las perreras’

En los casos menos complicados de la traqueo bronquitis infecciosa la resolución se da de manera auto limitante entre 4 días y 3 semanas. Sin embargo, buscando la disminución de la incomodidad y la mejora en la calidad de vida del animal, la realización de una terapia de soporte, incluyendo el uso de antibióticos, corticosteroides, mucolíticos, bronco dilatadores o antitusivos es indicada para la reducción en la severidad de las señales clínicas.

Para la terapia antibiótica, las tetraciclinas Entre las tetraciclinas, la doxiciclina es el antibiótico de elección, porque presenta alta absorción tras la administración oral, además de una buena distribución para varios tejidos corporales, siendo encontrada en altas concentraciones en tejidos y fluidos de tejidos de pulmones y en secreción de bronquios, reflejando una mayor efectividad antimicrobiana, especialmente contra las infecciones respiratorias.

¿Cómo controlar y prevenir la ‘tos de las perreras’?

Uno de los mayores retos para el control de la traqueo bronquitis infecciosa canina es el manejo de incrementos de la enfermedad. En estos casos, una de las principales medidas de control es reducir la diseminación de la infección, además de programas de vacunación, es minimizar la exposición de los animales a los agentes virales y bacterianos.

Otro factor importante es que los responsables por el mantenimiento de los animales deben instruirse para realizar la desinfección de jaulas, comederos y otras posibles fuentes de infección.

El mantenimiento de una buena nutrición con complementación de vitaminas y minerales, desparasitación con formulaciones de amplio espectro y reducción de situaciones de estrés son factores que también van a contribuir para la prevención de posible infección y/o para la mejora en la capacidad de respuesta del organismo ante la infección ya diagnosticada.

Para eso, el saneamiento adecuado principalmente en perreras deberá realizarse de manera rutinaria y se recomienda que los perros sean mantenidos aislados de cachorros y otros animales recién llegados al ambiente por lo menos por un período de 15 días y que permanezcan en área limpia y aireada.

Cambios de aire adecuados y control de humedad son necesarios en estos lugares. Un área de aislamiento también es esencial para abrigar perros con síntomas clínicos de la enfermedad

Dra. Andrea Novak Savioli
M.V.U de la Salle