Como explicó el experto durante una entrevista con EFE, en este momento podría ser más sencillo producir un medicamento que contrarreste los efectos del coronavirus que la vacuna.

Desde su especialidad, Arieh ha estado investigando y ha encontrado datos que podrían ser útiles.

Tenemos mucha experiencia en modelar enzimas como la papaína (de la papaya) que es muy similar, y examinamos cómo diferentes fármacos podrían unirse a la proteasa específica del coronavirus. Buscamos inhibidores que formen un enlace covalente, un enlace químico real, que significa que es más difícil desconectarse de él”, explicó durante el diálogo.

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Además, aclaró que estos hallazgos no lo llevarán a una cura definitiva:

“Uno de los problemas con la vacuna es el largo tiempo que se necesita para obtenerla de forma segura. Lo único que hacemos en este tema es más académico. Intentamos examinar los enlaces del virus, los receptores que acepta, y ver la diferencia entre el virus SARS y este coronavirus, que no presenta grandes diferencias que podamos explorar. Creo que usar fármacos sería muy importante antes de tener una vacuna desarrollada“.

Warshel explora la enzima de la papaya, similar a la del coronavirus, en busca del fármaco contra la enfermedad. Sobre lo que sucederá después de la crisis, reconoce ser “pesimista” porque prevé que, tras la solidaridad en tiempos de crisis, primará la supervivencia.

Además, recordó que luego de superar la crisis sanitaria vendrán otros problemas, como los psicológicos y el choque económico de la recesión.