El diseño exclusivo de Donatella versace fue planteado como un recordatorio de la fortaleza femenina. Le otorgó libertad para moverse fácilmente y a la vez daba la impresión de que portara una fuerte armadura.

Con la tela rosa pálido y la malla dorada del vestido se representaron la ‘libertad de movimiento’, ‘libertad para luchar por sus ideas’ y ‘libertad para ser quien se quiera ser’.

Michelle y Barack Obama
Michelle y Barack Obama / Getty Images

Más que una elección de moda, el vestido funcionó como herramienta diplomática para dar fuerza a sus discursos, especialmente a los que tienen que ver con la postura violenta, machista y sexista del candidato a la presidencia Donald Trump. Así se expresó la primera dama al respecto:

Debo decir que escucho todas estas cosas y me las tomo de manera personal. Estoy segura de que ustedes también, especialmente las mujeres. Los comentarios que hacen avergonzarnos de nuestros cuerpos, la forma en la que se irrespetan nuestras ambiciones y nuestro intelecto, la creencia de que le puedes hacer lo que quieras a una mujer”.