Este síndrome se refiere al Trastorno del Espectro Autista (TEA) más ‘popular’ por la comunidad científica y por la población en general. De acuerdo con el Centro Para El Control y La Prevención De Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, uno de cada 59 niños cuenta algún TEA, un grupo de condiciones caracterizadas por la alteración del comportamiento social, la comunicación y el lenguaje.

Los síntomas o señales más características del Asperger se están conociendo, probablemente, debido a que varios famosos lo poseen. Sin embargo, es un asunto serio que por lo general se manifiesta desde la niñez y requiere tratamiento y estudio.

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El interés obsesivo del niño por un objeto o tema único es quizá el síntoma más distintivo, al punto de excluir otros temas, ya que el infante quiere saberlo todo sobre un tema en concreto.

Greta Thunberg: “el síndrome de Asperger es mi súperpoder”

Una de las personalidades que ha puesto la cara y un debate sobre su padecimiento es Greta Thunberg quien en un tuit dijo: “Cuando los que odian van tras tu apariencia y tus diferencias, significa que no tienen adónde ir. ¡Y entonces sabes que estás ganando! Tengo Asperger y eso significa que a veces soy un poco diferente de la norma. Y, dadas las circunstancias adecuadas, ser diferente es un súperpoder”.

Aunque el autismo puede ser complicado para algunas personas sin la orientación y cuidado adecuado, para la activista medioambiental sueca el síndrome no es ninguna enfermedad. Todo lo contrario, tiene cosas muy positivas no solo de manera individual sino colectiva.

“Sin romantizar el autismo ni decir que las personas deberían tener autismo (porque, bajo las circunstancias equivocadas, el autismo puede ser algo que las detenga), creo que definitivamente hay muchos elementos de lo que te hace autista que más personas deberían tener. Por ejemplo, no tener tanta disonancia cognitiva y poder concentrarnos en los hechos, es algo bueno. Y poder concentrarse en una emergencia y tratarla realmente como una”, sostuvo la joven en una entrevista con The Washington Post.

Antes de desarrollar su conciencia climática, fue duro no solo para ella sino para sus padres que la veían perder peso y en estados de depresión.  Afortunadamente Greta encontró el camino. Se sentía mal por lo que estaba pasando en el planeta, y descubrió a sus tempranos 11 años que ella podía hacer algo. Y así lo hizo, hoy a sus 19 años es la ambientalista más reconocida a nivel mundial.