Por décadas se ha hablado de un hecho que se ha tomado por sentado, que los hombres prefieren a las mujeres rubias, ¿o cómo olvidar aquella película protagonizada por Marilyn Monroe? Sin embargo, aunque parezca algo trivial, todo parece apuntar a que hay un fundamento biológico para esta preferencia entre hombres heterosexuales.

La ciencia se encargó de hacer veraz este cliché de la cultural popular, se trata de una preferencia que viene desde hace siglos y demuestra la manera básica en que ellos tienden a relacionarse con las mujeres.

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Pues resulta que un estudio de la Universidad Augsburg de Minessotta, Estados Unidos, reunió a 110 participantes masculinos de diversas edades, los ponían a decir cómo perciben a las mujeres que veían en unas imágenes de acuerdo con su color de pelo.

La respuesta que muchos esperaban

Sin embargo, no tenían que valorar otros ítems, como su forma física o si pensaban que eran más o menos interesantes, lo único que debían hacer era fijarse en si eran rubias, morenas, castañas o pelirrojas. En función de este elemento debían confirmar quiénes les parecían más atractivas y la respuesta fue bastante predecible, la mayoría escogió a las rubias.

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Otros datos interesantes arrojados por la investigación

Ese no es el único dato curioso que arrojó la investigación, también se demostró que ellos tienen preferencia por las que tienen el cabello más claro en cuanto a posibles parejas estables. Al momento de explicar el motivo se da el dato más sorprendente: creen que las mujeres rubias tienen una apariencia “significativamente” más joven y saludable.

 

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“Estos resultados sugieren que los hombres pueden realizar juicios complejos sobre las mujeres como que sean más deseables para mantener una relación o para formar una potencial familia basándose en características externas como el color de pelo o su largo”, afirman los autores del estudio, demostrando que los hombres pueden ser bastante superficiales a la hora de escoger una pareja.

Pero no solo las rubias salieron bien libradas en esta investigación, también, cuando se trata de tener una relación estable, los hombres mencionaron que prefieren a las castañas para casarse y las veían como “potenciales” madres. Esto quiere decir que los hombres heterosexuales prefieren a las rubias, pero terminan casándose y teniendo una familia con las morenas.

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Asimismo, siguiendo con los juicios de valor basados exclusivamente en el color de la melena, los hombres también tenían que analizar cuáles eran las mujeres que fuesen más probablemente promiscuas. Cuando veían la imagen de rubia, incluso solo de espaldas, ellos lo tenían claro, esta era su respuesta, pareciera un dato conflictivo.

El equipo de psicólogos de dicho estudio aclaró que desde el paleolítico el color de pelo era un atributo con el que los homínidos del sexo masculino escogían a sus parejas con fines reproductivos. Después de tantos siglos, y de tanto avance de la civilización, parece que los hombres siguen pensando igual.