Los empleados argumentaron que la exigencia del Hospital Metodista de Houston era ilegal, ya que las vacunas disponibles sólo han recibido la autorización de uso de emergencia por parte de las autoridades sanitarias estadounidenses, aunque ese permiso ha despejado el camino para que millones de estadounidenses sean vacunados. 

La jueza de la corte federal Lynn Hughes falló en contra, diciendo que la seguridad de las vacunas no estaba en juego y que la ley de Texas solo protege a los empleados que se nieguen a cometer un delito.

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“Recibir una vacuna contra el COVID-19 no es un acto ilegal y no conlleva sanciones penales”, fundamentó Hughes. 

En ese sentido, el hospital estableció como fecha límite el 7 de junio para que los trabajadores demostraran que habían recibido al menos una dosis con el agravante de enfrentarse a la finalización de su contrato si no lo hacen. 

Los 117 demandantes creen que esa exigencia es ilegal por considerar que las vacunas han sido aprobadas por las autoridades estadounidenses como parte de un procedimiento de utilización urgente. 

Los trabajadores pretendían que hubiera más investigación de los laboratorios antes de recibir las dosis contra el COVID-19. 

Houston es una de las capitales mundiales de la medicina gracias a su Texas Medical Center, un distrito de la ciudad que concentra hospitales y universidades. Más de 106.000 personas trabajan allí y unos 10 millones de pacientes son atendidos cada año. 

En Estados Unidos, más de la mitad de la población recibió al menos una dosis de vacuna contra el COVID-19.