“Varias ciudades que han reportado casos pueden esperar muchos más”, declaró el científico Jeremy Farrar, quien entre otras responsabilidades dirigió por dos décadas la Unidad de Investigación Clínica de la Universidad de Oxford en Vietnam, por lo que conoce la epidemiología de la región.

El nuevo coronavirus -explicó- “no es el SARS (el síndrome respiratorio agudo que se convirtió en una epidemia en 2003), pero sí proviene de una familia similar y su severidad sólo podrá conocerse en algunas semanas“.

Adelantó que se sospecha que su mortalidad será menor a la del SARS, que llegó a ser del 10 %.

Por su parte, el médico y director de la Coalición para la Preparación ante Pandemias e Innovaciones, Richard Hattchett, dijo que ahora “lo que no sabemos sobre el coronavirus es más de lo que sabemos”, y que “la dinámica del contagio” y su gravedad son las mayores incógnitas.

En las próximas semanas y meses entenderemos mejor todo esto“, comentó en una rueda de prensa de último minuto organizada por el Foro de Davos como reacción a la actualidad que ha marcado este brote y los temores de que se convierta en una pandemia.

Preguntado sobre la efectividad de la cuarentena, Hattchett opinó que cuando las decisiones deben tomarse en una situación de incertidumbre “pueden tener un coste significativo”, en términos de iniciar el desarrollo de un fármaco o de una vacuna para la nueva enfermedad.

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Sin embargo, recalcó que “si no se toman decisiones ahora será más difícil controlar la situación”.

El médico, que trabajó en la Casa Blanca bajo los gobiernos de George Bush (2001-2009) y Barack Obama (2009-2017) en cuestiones de preparación ante epidemias, anunció que ha cerrado acuerdos con tres firmas biotecnológicas para desarrollar una vacuna contra este coronavirus.

Sostuvo que la idea es avanzar muy rápido y que los ensayos clínicos puedan hacerse hacia mediados de año.

Por su parte, Farrar consideró entendible que la medida de la cuarentena cause cierto pánico y “aunque no es la mejor manera de controlar la propagación de una infección, puede ganarse tiempo mientras se implementan las medidas de salud pública necesarias”.

Estas son urgentes -añadió- cuando no se cuentan con medicamentos contra una enfermedad y consisten en cuestiones básicas como evitar la proximidad con otros, lavarse las manos, utilizar máscaras y evitar viajes.

Las autoridades chinas emitieron inicialmente restricciones severas de viaje desde y hacia Wuhan, una ciudad de once millones de habitantes y donde el virus ha surgido, aparentemente en un mercado hace seis semanas.

Este miércoles las ampliaron a otras dos ciudades cercanas, de seis y un millón de habitantes, respectivamente.

Ferrer señaló que el virus podría provenir de murciélagos y haber infectado inicialmente a animales, pero que lo que causa más temor es que haya “cruzado la barrera de las especies” tan rápidamente y ahora la transmisión sea también entre humanos.