Escrito por:  Redacción Bienestar
Jul 21, 2025 - 6:34 pm

Durante la pandemia, una de cada tres consultas médicas se hicieron por teléfono o videollamada. Fue una respuesta urgente ante la emergencia, pero hoy representa una opción viable para mejorar el acceso a la salud, especialmente en regiones apartadas. Así lo concluye un estudio del proyecto Ágora, una iniciativa financiada por Minciencias que busca identificar qué funcionó y qué no durante la emergencia sanitaria del COVID- 19.

(Vea también: Citas médicas en Colombia tendrán sorpresivo cambio y muchos celebran; no es por reforma)

Antes de la pandemia, la telemedicina era un camino que pocos se atrevían a recorrer, pero para 2023, con la emergencia sanitaria de fondo, esta modalidad de atención pasó de ser marginal a representar el 36 % de todas las consultas, según datos recopilados por los investigadores Paul Rodríguez y Sergio Sánchez, de la Universidad del Rosario, en el estudio “La expansión de la telemedicina en Colombia como respuesta al COVID-19”, publicado como capítulo de libro en las memorias del proyecto Ágora revisado por pares. 

Los autores señalan que esto fue posible gracias a decisiones rápidas del Gobierno, el compromiso de los prestadores y una flexibilización normativa que permitió adaptar los servicios de salud con celeridad. Sin duda, un avance que, según advierten, se puede desaprovechar sino se mantiene la inversión pública y se establece una regulación más clara.

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Los datos del Registro Especial de Prestadores de Servicios de Salud (REPS) analizados por los autores dejan ver que el uso de esta estrategia en la pandemia se dio principalmente en las ciudades, mientras que en regiones rurales o con baja conectividad la posibilidad de tener una consulta virtual era nula. 

Este resultado va de la mano con los hallazgos del profesor Rodríguez junto con las investigadoras Sofía Rúa y Catalina Buitrago, que en un artículo publicado en la revista ‘Health Services Insights’ exponen que la expansión en la infraestructura hospitalaria y de UCI se concentró en zonas urbanas, reforzando las brechas estructurales del sistema de salud colombiano. 

Ambos estudios forman parte del proyecto Ágora, que evaluó la respuesta del sistema de salud colombiano durante la pandemia, con un foco especial en la capacidad de adaptación del modelo de atención. En este caso, se analizaron bases de datos oficiales, entrevistas con 13 actores clave del sistema y cifras actualizadas sobre servicios habilitados y consultas hechas por telemedicina hasta 2022. 

Del rezago a la adaptación digital

Uno de los hallazgos más reveladores del estudio es la rapidez con la que se incorporó la atención remota en el sistema de salud colombiano. De acuerdo con las cifras recogidas por los investigadores, las atenciones en modalidad de telemedicina crecieron un 215% entre 2019 y 2021, un salto inédito en la prestación de servicios médicos en el país. De hecho, se resalta que la telemedicina no desapareció con el fin de la emergencia.

En 2022, más de dos millones de consultas se hicieron en modalidad interactiva, es decir, con interacción en tiempo real entre el profesional de la salud y el paciente. Tras entrevistas con actores del sistema, se estableció que cerca del 36 % de las atenciones se seguían haciendo en modalidad de telemedicina para 2023. 

El profesor Paul Rodríguez destaca: “Revisando información del Ministerio de Salud, las atenciones por telemedicina se mantuvieron en 2023 y 2024. Es de resaltar el crecimiento particular en la modalidad de telexperticia, que permite conectar al personal de salud en zonas apartadas con especialistas ubicados en las grandes ciudades”. 

El estudio también deja ver cómo otras formas de atención remota -como el telemonitoreo o la lectura remota de resultados- han ganado espacio y abren nuevas posibilidades, especialmente en contextos de escasez de personal médico especializado, una problemática frecuente en las regiones periféricas del país. No obstante, los retos estructurales persisten. 

En municipios como Timbiquí, la penetración de Internet es inferior al 1  %, lo que hace inviable cualquier forma de atención remota. A esto se suma la falta de interoperabilidad entre sistemas clínicos y la escasa formación de los profesionales de salud en herramientas digitales, según identificaron Rodríguez y Sánchez con base en entrevistas y revisión documental. 

Lecciones para el futuro digital de la salud

La principal advertencia del estudio es que, sin una apuesta firme del Estado y del sistema de salud, el avance logrado podría revertirse. Los investigadores destacan que la regulación actual sigue siendo confusa, y que los procesos para habilitar servicios de telemedicina son engorrosos. Esto podría desincentivar a los prestadores, especialmente en regiones donde ya hay barreras estructurales.

Entre las recomendaciones de política pública se encuentra la actualización y unificación de la normativa sobre telemedicina, con criterios específicos por especialidad. Además, se hace un llamado a implementar plenamente la historia clínica electrónica interoperable, como lo establece la Ley 2015 de 2020, para facilitar la continuidad en la atención.

Los autores también plantean que es indispensable invertir en infraestructura digital, priorizando el despliegue de redes satelitales en zonas de difícil acceso. La formación de talento humano y la creación de incentivos para quienes presten servicios de calidad en modalidad remota también resultan clave para el sostenimiento de esta transformación.

 El profesor Rodríguez afirma que “el país tiene las condiciones para reducir la gran brecha en atención urbana-rural; son varias iniciativas a nivel nacional donde la telemedicina está rompiendo barreras y es necesario que las apropiemos en el día a día del sistema”. 

Finalmente, para la próxima vez que Colombia enfrente una pandemia –porque habrá una próxima vez–, los investigadores advierten que no bastará con ampliar UCI o instalar ventiladores. Se necesitará una red de atención capaz de llegar a todos los rincones, sin importar la distancia ni la geografía. La telemedicina puede ser esa red, si se consolida desde hoy.

A su turno, la doctora Zulma Cucunubá, directora de la Alianza Ágora, concluye que “durante la pandemia Colombia fortaleció sus capacidades digitales en salud; hoy tenemos la oportunidad de convertir la telemedicina en un puente real hacia la equidad territorial, pero su sostenibilidad dependerá de decisiones firmes y visión a largo plazo”. 

¿Qué aprendimos de la pandemia?

Ágora: lecciones para futuras emergencias sanitarias El artículo científico es fruto de la Alianza para la Generación de evidencia sobre Covid-19, su Respuesta y lecciones Aprendidas para la postpandemia y futuras epidemias (Ágora), una investigación de académicos de varias universidades y financiada por Minciencias que busca reconocer aprendizajes que soporten la toma de decisiones en salud pública y planear acciones efectivas en emergencias sanitarias futuras. 

Los resultados de la Alianza Ágora y la evidencia clave sobre la respuesta a la pandemia y las lecciones para la postpandemia y futuras epidemia serán presentados el próximo 25 de julio en un evento en la Pontificia Universidad Javeriana que también tendrá transmisión virtual.

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