La tarea, que debía ser resuelta en el receso de 3 semanas del estudiante, era bastante sencilla: había que escribir 10 frases en las que se utilizaran unas palabras específicas del vocabulario que el profesor indicó.

Lisa Vale, la mamá del niño, publicó en Twitter las respuestas de su hijo:

El niño, llamado Angus, dejó bastante claro que odia hacer tareas en vacaciones, ya que sus respuestas fueron del tipo “A nadie le gustan las tareas”, “Esa tarea apesta”, “¿Quién dijo que hacer tareas es divertido?” y “¿Por qué hay tareas cuando no hay colegio?”. Todas las frases que escribió eran en ese mismo tono y, por supuesto, cumplían con los requisitos que pidió el profesor.

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Vale le dijo a The Huffington Post que, claramente, su hijo estaba bastante desanimado con la idea de tener que hacer la tarea. De hecho, la postergó varias veces antes de, por fin, empezar la labor, sin muchas ganas.

Sin embargo, recuerda, mientras ella estaba haciendo quehaceres domésticos, escuchó que Angus se empezó a reír hasta que, al final de la tarea, gritó con mucho ánimo “¡Hecho!”. La mujer dijo que no pudo aguantar la risa cuando vio lo que el pequeño había respondido en el cuaderno.

Pero el asunto no termina ahí: el profesor todavía no ha visto la tarea. Lo hará este lunes, cuando los niños regresen al colegio después de las vacaciones. Seguramente va a quedar con la boca abierta.

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