Lulu pertenecía a la élite de los perros de la agencia de inteligencia de EE. UU., y había sido entrenada para buscar y detectar explosivos, informa el portal Unilad.com.

El artículo continúa abajo

Los entrenadores de Lulu dicen que con frecuencia los perros se desmotivan durante algún tiempo, pero que luego vuelven a su trabajo sin problemas; sin embargo, para esta labrador negra no fueron suficientes las recompensas después de cada gesta, por lo que sus entrenadores decidieron que era mejor dejarla libre para que sea feliz.

La perrita comenzó a mostrar total desinterés por olfatear explosivos y cuando lograban motivarla con comida y regalos, se notaba que no se sentía cómoda con su trabajo, por lo cual los agentes concluyeron que, como les sucede a muchos humanos, la pobre Lulu “se equivocó de carrera”.