Las nuevas tecnologías han hecho que los niños aprendan con mayor facilidad a utilizarlas. La gran capacidad de aprendizaje que tienen, hace que estén atraídos por cualquier cosa que encuentren; son muchas posibilidades que ofrecen los aparatos electrónicos, lo que logra ser irresistible para ellos.

(Vea también: https://www.pulzo.com/virales/extranjero-que-come-tamal-con-todo-hoja-vuelve-tendencia-tiktok-PP2620081 )

Eso le ocurrió Keith Stonehouse, ciudadano de Michigan, Estados Unidos. Cuando empezaron a llegar a su casa varias entregas de COMIDA de Grubhub, una plataforma de COMIDA rápida, con envíos a domicilio por Norteamérica; no obstante, en (Latinoamérica la aplicación Rappi tiene dura competencia en Colombia, luego de salida de iFood: ¿le quitará clientes?)

Uno tras de otro, los repartidores dejaban sus entregas, lo que llevó a que el padre de Mason preguntará a un domiciliario: “¿Qué ocurre?, ¿por qué traes tanta comida?, después recordó que había dejado su celular en manos de su hijo.

El niño pidió todo lo que le gustó. “VIO en la carta de Grubhub, desde camaronesensaladasshawarmawraps de pollo en pita, sándwiches, patatas fritas con queso y chile y helados de diferentes sabores”, expresó Keith al medio internacional  Click On Detroit Canal 4 WDIV de Michigan.

Tan elevado fue el pedido que hasta el propio banco le envío una alerta de fraude rechazando un servicio de pizza por el valor de 365 euros.

“¿Ya llegaron las pizzas de pepperoni?”: dice Mason cuando su padre lo regaña

“Fui hablar con Mason sobre lo que había hecho. Estaba tratando de explicarle que esto no era bueno”, menciona Keith. Pero su hijo reacciona levantando la mano y le pregunta: “Papá, ¿ya llegaron las pizzas de pepperoni?”, el hombre salió de la habitación sin responder, no sabía si enfadarse o reírse, le cuenta al medio.

Finalmente, la comida se compartió con los vecinos, ya no había posibilidad de anular los pedidos. Aunque, Grubhub se contactó con la familia Stonehouse y le ofreció una tarjeta de compensación por la suma que había gastado Mason. Ahora, el niño se ha quedado sin acceso al teléfono de su padre.