Sadie Tessmer, es una joven estadounidense, que padece de una gran alergia al agua, teniendo su piel una reacción no solo cuando se ducha, sino cuando se lava las manos, suda o incluso llora.
La primera vez que conoció su condición, fue después de tomar un baño, al ver la reacción de su piel, la madre bromeo diciéndole que era alérgica a bañarse, y efectivamente lo es.
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Según cuenta la joven “a veces tengo la sensación de que alguien me echa gasolina en el cuerpo y me prende fuego”, esta condición ha afectado su salud mental, pues de algún modo siente que su vida ha acabado.
Ella misma cuenta que cuando recibió el diagnóstico no lo podía creer, pues eso no parecía ser una enfermedad real. Además, desde su diagnóstico muchas cosas han cambiado, pues actividades como nadar, hacer ejercicio o pasar una tarde en la playa ya no son posibles por su urticaria.
La joven también contó que, si puede consumir agua, siempre y cuando utilice pitillo y no tenga contacto con ella. Mientras tanto su madre dice que es un diagnostico devastador, saber que como padre “no hay nada que puedas hacer” e intentar no llorar, porque Sadie también llora y esto es totalmente contraproducente.
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Esta condición suele ser más común en mujeres y los síntomas comienzan a aparecer en la pubertad. El diagnóstico se logra al poner un paño humedecido con agua sobre la piel durante 20 minutos, en el caso de Sadie su reacción comienza en menos de 30 segundos. Según los reportes médicos se cree que entre 50 y 100 personas en el mundo padecen esta condición.
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