Escrito por:  Redacción Virales
Ago 19, 2023 - 10:21 am

El espeluznante relato, contado por Semana, ocurrió en 2018 en el corregimiento de Las Piedras, cuando los dos uniformados, identificados por la revista como Luis Gutiérrez y Emilio Márquez, hacían labores de patrullaje en horas de la noche en la mencionada zona, muy conocida por un tétrico pasado por culpa del accionar de grupos al margen de la ley.

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Mientras transitaban en uno de los carros de la institución policial, notaron que las luces del vehículo se apagaron raramente; sin embargo, en ese instante pensaron que se trataba de un infortunio. No obstante, segundos después de ese detalle, uno de los patrulleros avistó un extraño espectro que estaba a un costado de la vía.

Era un manto negro que levitaba frente a ellos y sin moverse ni una milésima durante un supuesta lluvia que caía en ese justo momento. Ante la aparente amenaza, Gutiérrez y Márquez desenfundaron sus armas de dotación y apuntaron contra aquella silueta que les causó sospecha.

A pesar de su reacción, el miedo paralizó a ambos y, desde ese instante, comenzaron a ocurrir situaciones extrañas en la escena: el radio de comunicación del carro de la Policía no les sirvió y comenzó a emitir ruidos extraños.

“Se prendía y se apagaba”, rememoró el policía entrevistado por Semana.

Por el miedo que esto les causó, emitieron una alerta al extraño espectro para que retrocediera o se rindiera ante las autoridades; sin embargo, aparentemente no se trataba de una persona sino de un evento paranormal. Aquella rara figura desapareció de sus vistas.

El carro de la Policía estaba averiado y no tenían cómo salir del lugar. El temor volvió a apoderarse de ellos y la extraña silueta les volvió a aparecer con un silbido que les hizo entrar en razón de que no estaban solos.

“Parecían de fuego”, recordó uno de los patrulleros los destellos producto de los chiflidos que emitía la oscura figura.

De pronto, escucharon en la escena los cascos de un caballo galopando con rapidez y con moscas a su alrededor y que se acercaba cada vez más a ellos como si fuese a chocar estrepitosamente contra el vehículo de la Policía.

A pesar de que la zozobra los embargaba, lo que caminaba allí (refiriéndose al extraño espectro) “se lo llevó el caballo”.

En ese justo momento, los patrulleros corrieron hacia la patrulla, ingresaron al carro y uno de ellos comenzó a hablar en lenguas. Extrañamente, el carro se recuperó del daño y encendió normalmente, la lluvia cesó y hasta allí recuerdan la escena porque después llegaron a un centro asistencial y no saben cómo ocurrió.

Un detalle que causó curiosidad en sus compañeros tenía que ver con los uniformes de los policías, los cuales estaban mojados, como si hubiese llovido aquella noche, pero ese día no cayó ni una sola gota del firmamento.

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Después de recuperarse del extraño episodio, ambos policías fueron trasladados del patrullaje al área administrativa de la Policía; no obstante, más adelante sobrevinieron sus retiros del Departamento de Policía de Bolívar (Debol).

Acerca del presente de los expolicías, Semana detalla que se desconoce cual sea su cotidianidad después de haber vivido aquel episodio que por poco les cuesta la vida.

 

 

 

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