Julio Ramón Ribeyro es quizá el mejor escritor que haya parido el Perú, un escritor que no ha tenido la fama de un Vargas Llosa pero que sus cuentos son lo mejor de la literatura latinoamericana. Hoy el buscador más grande del planeta, Google le rinde un homenaje con un doodle celebrando su nacimiento, hoy el escritor cumpliría 93 años de no haber muerto en 1994 de un cáncer de pulmón.

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Nació un 31 de agosto de 1929 en Lima, y murió el 4 de diciembre de 1994, pocos días después de haber recibido uno de los premios de literatura más importantes de hispanoamérica: Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo.

Ribeyro nació en una familia de clase media limeña, quién perdiera a su padre siendo niño, acontecimiento que le trastoca la vida y lo puso en aprietos económicos. Empezó a estudiar derecho para dejarlo pronto e irse a estudiar Letras en la Universidad Católica del Perú.

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Viajó a España tras ganar una beca para estudiar periodismo, luego se instaló en París para escribir una tesis sobre literatura francesa en La Sorbona.

Volvió a Lima donde trabajó como profesor y gestor cultural en la Universidad de Huamanga. En 1960 vuelve a París donde escribe su primer libro y quizá el más leído por sus lectores: Los Gallinazos sin Plumas.

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La obra de Julio Ramón Ribeyro se desenvuelve en la Lima de los 5o y 60, que narra la vida de personajes decididamente urbanos de clase media baja sin pretensiones de éxito :sus cuentos fueron una contribución decisiva para consolidar el paso de la narrativa indigenista a la narrativa urbana en el Perú. 

“Hay el mito de que Ribeyro era un escritor de culto, pero en Lima todo el mundo le había leído, era nuestro Stephen King… Todos le querían y le preguntaban… Y cuando se percató de eso, se quedó ahí. Todos los escritores deberíamos tener un lugar así, donde sentirnos queridos”, soñaba su compatriota Santiago Roncagliolo. La terraza de la Virreina parecía ese lugar.