Una investigación hecha por Bloomberg concluye que la plataforma de videos hace que los músicos firmen una clausula, en donde se les exige que no hablen mal de la empresa ni a tomar medidas legales contra ella a cambio de apoyo para sus producciones.

Estas cláusulas son comunes en ciertos negocios, pero ninguno de los competidores directos de YouTube se la exige a sus empleados. De hecho, algunas personas cercanas a la empresa dijeron a ese mismo medio que estas cláusulas van más allá de simplemente no criticar a la plataforma. Por ejemplo, muchos socios tienen que aceptar esas condiciones, incluyendo creadores y desarrolladores de contenido para su sitio de pago.

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Estas medidas han sido adoptadas debido a una petición que varios músicos le hicieron en 2016 al Congreso de Estados Unidos para que YouTube fuera más responsable con los derechos de autor. Los artistas y compositores sentían que las ganancias para ellos son muy bajas y que su música se puede piratear muy fácilmente.

En diciembre de 2016, la compañía contrató a un ejecutivo disquero llamado Lyor Cohen para mejorar su relación con la industria. Con eso lograron, firmar un contrato de larga duración con tres de las compañías musicales más importantes. Esos acuerdos le dieron a YouTube los derechos que necesitaban para crear su propia plataforma de ‘streaming’; con esto, esperan que las disqueras dejen de quejarse por los pagos que reciben.