El amplio debate sobre la adicción a los videojuegos no es nada nuevo, pero parece que la llegada de la era digital y la posibilidad de jugar en línea está siendo más difícil de llevar para los padres.

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Aunque diversos estudios han demostrado algunos beneficios de los videojuegos, cuando se cruzan los límites el resultado puede llegar a ser negativo. Incluso en 2018 la Organización Mundial de la Salud declaró como una enfermedad la adicción a los videojuegos o “trastorno del juego (se abre en una nueva ventana)“.

En un nuevo caso que ha llamado la atención del mundo, un juez de la Corte Superior de Canadá aprobó una demanda colectiva presentada por tres padres, quienes se quejaron porque sus hijos no dormían, no comían ni se duchaban debido a su fuerte adicción al videojuego Fortnite, según informaron medios locales.

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Los demandantes alegan que el componente altamente adictivo del juego se implantó en este a propósito, y como resultado ha tenido un efecto duradero en los menores. En el fallo, el juez Sylvain Lussier manifestó que esta acción “no parece frívola o manifiestamente infundada”, y añadió que se trata de un “asunto serio que argumentar, respaldado por alegaciones suficientes y específicas sobre los riesgos o incluso los peligros que surgen del uso de Fortnite”.

Por su parte, Epic Games, a través de su subsidiaria canadiense, respondió que dentro del juego se han integrado “controles parentales líderes en la industria que permiten a los padres supervisar la experiencia digital de sus hijos”, enviando un poco de responsabilidad a los padres demandantes. “Planeamos pelear esto en los tribunales. Creemos que la evidencia mostrará que este caso no tiene mérito”, dijo la compañía.

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Entre las pruebas presentadas por los padres, se indica que uno de los niños jugó 6.923 partidas, mientras que otro jugó más de 7.700 veces en dos años con un mínimo de tres horas al día, según el informe, mientras que el expediente judicial original dice que uno de los niños fue diagnosticado con la adicción por un médico. Además, los demandantes dijeron que sus hijos habrían gastado miles de dólares en ‘skins’ y otros elementos dentro del juego.