Al igual que la receta de los huevos divorciados, la preparación de los huevos tibios y cocinados (también conocidos como duros) es un proceso fácil, pero el secreto está en pequeños detalles. La textura de la yema, la temperatura del agua, la forma de comerlo, son algunos de los aspectos a tener en cuenta.

(Vea también: Truco, a la hora de sazonar, para que la carne de hamburguesa no quede seca)

Similitudes entre huevo tibio y huevo cocinado

Para ambas preparaciones es necesario que el agua esté hirviendo.  “La cocción en agua templada le quita la precisión que se necesita para que quede exacto”, explica Animal Gourmet.

También, en las dos recetas, es recomendable usar una cuchara que sirva para introducir los huevos en el agua y así evitar que el producto se pueda romper.

Por su parte, el canal de YouTube ‘Cocina con Francy’ aconseja ponerle agua y vinagre para la coagulación de las proteínas. Además, la sal también ayudará a que la cáscara del  huevo salga más rápido a la hora de consumir.

Por último, luego de que los huevos cumplan su tiempo en el agua hirviendo, se deben echar a un recipiente con agua y hielo para cortar la cocción.

Diferencias entre huevo tibio y huevo cocinado

El huevo tibio tiene la yema más cruda; su textura es cremosa. Mientras tanto, el huevo cocinado tiene una yema dura.

En cuanto a los tiempos de cocción, los huevos tibios se pueden dividir en dos categorías. A los que les gusta más tiernos, 5 minutos desde que el huevo se mete al agua. Para los huevos tibios medios se necesitan de 6 a 7 minutos. Por su parte, para los huevos cocinados se recomienda tenerlos 12 minutos en agua hirviendo.

De acuerdo con Animal Gourmet, “la mejor manera de comer un huevo tibio es colocarlo -con todo y cascarón- en un recipiente y con una cuchara hacer un pequeño orificio en la parte superior”. Por su parte, el huevo cocinado sí se debe pelar completamente a la hora de consumir.

A continuación el video de ‘Cocina con Francy’ con algunos de los consejos de esta nota: