Los millennials son la primera generación que creció con la revolución tecnológica y vivieron el proceso de expansión acelerada de las fronteras del conocimiento humano.  Ellos constituyen una fuerza para el cambio de enorme poder. Y esto es así porque los millennials tienen en sus manos instrumentos con los que pueden abrir el espectro de oportunidades y generar resultados fantásticos que en otras épocas hubieran sido material para novelas de ciencia ficción.

Para ilustrar esta idea basta con citar el caso de ‘Watsi’ una plataforma sin ánimo de lucro que ha logrado proveer atención médica a 12.713 pacientes en más de 20 países a través de pequeñas donaciones. Toda esta obra de nobleza global se logró porque Chase Adams, un chico de solo 24 años se encontró en un bus con una anciana en Costa Rica que pedía limosna para su hijo enfermo.

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Observando esta generación, maravillosa yo me he preguntado más de una vez si ellos no podrán lograr algo con lo que siempre he soñado para Colombia: desencadenar una primavera en la que florezcan el patriotismo, la honestidad, el coraje y el amor por el conocimiento.

Afortunadamente los millennials no están solos en esa tarea de transformación destinada a cambiar la trayectoria de Colombia. Hay otro grupo comprometido con el más noble de los propósitos como es el de proteger a la naturaleza y todas sus criaturas de la agresión de los depredadores.  En  medio de la corrupción política, de la descomposición social y del sectarismo, el ambientalismo constituye un oasis de nobles propósitos y un punto de encuentro para quienes quieren construir un nuevo país a partir de un modelo económico y social más humano.  

En efecto los ambientalistas son la línea de defensa que ha surgido para proteger el bien más precioso del universo conocido: el maravilloso Planeta Azul donde se ejecuta la gran sinfonía de la vida y el amor. Podemos concluir que los millennials identificados con la defensa de la vida desencadenarán la revolución de la consciencia y la primavera de la esperanza para que nos liberemos del pesado lastre de la corrupción, de la destrucción del ambiente y de la política de confrontación sectaria y odios profundos.