El profesor Wade Davis, de British Columbia University, acaba de publicar el libro ‘Magdalena: River of Dreams’, una investigación apasionante sobre la historia y el futuro de Colombia, desarrollada desde la perspectiva de nuestro rio, y de su cuenca que sirve de hábitat al 75% de los colombianos. El libro ha recibido los mejores comentarios de la crítica (The Guardian, The Financial Times, y The Economist, entre otros), y aporta una nueva perspectiva para revisar los prejuicios con los cuales se nos percibe desde el exterior, y para que los colombianos reflexionemos sobre nuestro futuro.

Como dando testimonio de un portento, Davis despliega una policromía recurrente cada vez que describe pueblos y culturas tan diversas como las precolombianas de San Agustín o de Ciudad Perdida, o las más recientes de Honda o Mompox; o cada que dibuja una cumbia, una tambora, un merengue o una salsa; o cuando retrata la fauna irrepetible, de la cual forman parte micos, papagayos, caimanes o manatíes; o cuando se refiere al entusiasmo y coraje de nuestras gentes, y a su amor por su tierra. Una policromía que se constituye en el marco con el cual nos recuerda que poseemos un territorio de belleza y riqueza incomparables, habitado por una fauna que a pesar de todo sigue siendo la más diversa del planeta.

Menciona igualmente ejemplos recientes que los colombianos le hemos dado al mundo, y que destacan el valor de nuestra gente: la protección que le hemos reconocido a amplias zonas de nuestro territorio y, en particular, los 162 resguardos indígenas que, sumados, ocupan un territorio igual al del Reino Unido; o la aceptación de 1.5 millones de venezolanos atendidos en su salud y educación como si fueren compatriotas.       

Desde la otra perspectiva, abunda el autor en nuestros grandes dolores, de los cuales el Magdalena ha sido testigo de excepción; y, particularmente, en las tragedias y masacres financiadas por el negocio de la cocaína, una creación extranjera que deslegitimó la hoja sagrada e incuestionada de nuestros aborígenes, mientras estigmatizaba a los colombianos y exoneraba de responsabilidad a los verdaderos culpables.

El mensaje central del libro es el gran potencial latente en la Colombia de hoy. Un país que, por la riqueza y la diversidad de sus recursos, la fuerza de sus culturas, y la capacidad de sus pueblos, podría encontrarse en la víspera de su renacimiento. Un país al que le falta suscribir un pacto social, un compromiso público con la erradicación absoluta del negocio de la cocaína y la consolidación de la tranquilidad. (Y, además, un compromiso con la equidad que, de paso, el profesor Davis menciona apenas tangencialmente).   

Por su capacidad para llevarnos a la reflexión, las academias, centros de estudio, colegios y universidades deberían promover la lectura de ‘Magdalena: River of Dreams’.  Sería un paso más para cumplir el compromiso de sanear el rio y, de paso, dar confort a nuestras almas. Un paso adicional para percibir la verdadera dimensión de la tierra que nos pertenece y de las gentes que nos acompañan.

Plus: El libro del profesor Davis encierra, en sus últimas cinco páginas otra recomendación para acabar con la radicalización en que vivimos, en nuestra opinión desde 1493. Es una recomendación de alcance político que bien vale la pena sopesar, pero que por tener un alcance diferente, evaluaré en un futuro. Ojalá este “suspenso”, que dejo con premeditación, sea un estímulo adicional para que el lector se interese aún más por la investigación del profesor Wade Davis, hoy colombiano por adopción.

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*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.