En estos días tuve la oportunidad de ver por Netflix una película francamente excelente. Su nombre en español “Expiación, deseo y pecado”. Atonement (conocida como Expiación en España, y Expiación, deseo y pecado en Latinoamérica). La película es dirigida por Joe Wright, protagonizada por James McAvoy como Robbie Turner y Keira Knightley como Cecilia Tallis, Saoirse Ronan como Briony Tallis (niña), Vanessa Redgrave como Briony Tallis (adulta) y Benedit Cumberbatch como Paul Marshall. Un elenco de lujo.

La película ha sido ganadora de múltiples premios, entre ellos la mejor película y mejor diseño de producción en los premios BAFTA y mejor diseño en producción, candidata a múltiples categorías en los premios OSCAR y ganadora de la mejor banda sonora, y a mejor película – drama y mejor banda sonora en los Premios Globo de Oro. También ha sido ganadora de nueve de los Premios EñE, incluyendo el de mejor película; además consiguió el premio a mejor dirección, mejor actriz, mejor banda sonora, mejor fotografía, mejor montaje, mejor diseño de vestuario y mejor dirección artística.

La película se basa en uno de los mejores libros del novelista, dramaturgo, guionista y productor de cine británico Ian McEwan (Hampshire, 1948). Su nombre: “Expiación” (Anagrama, 2008).

En 2008, The Times incluyó al autor en la lista de: “Los 50 mejores escritores británicos desde 1945” y The Daily Telegraph en la lista de “Las 100 personas más poderosas en la cultura británica”. McEwan, es activista intenso de los derechos humanos y ha participado en innumerables actividades a favor del medio ambiente, la libertad de expresión y prensa y en contra de la guerra y la violencia.

A lo largo de su carrera ha logrado premios como el Somerset Maughman con su primera antología de relatos, y después el Whitbread, el Man Booker, el Premio Shakespeare o el James Tait Black Memorial, entre otros, y es miembro de la Real Sociedad de Literatura y la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia. McEwan estudió inglés en la Universidad de Sussex, y Escritura Creativa en la de East Anglia. Parte de su gran éxito se debe a las adaptaciones cinematográficas de obras tan importantes como El jardín de cemento, Ámsterdam, Expiación, Sábado, Solar o Primer amor, Últimos ritos, y, por supuesto, la obra que hoy reseñamos.

Hace unos meses ya había leído de McEwan, la novela corta Cáscara de nuez (Anagrama 2017) del que, en el diario “El País” de España han dicho: “La cáscara de nuez que mencionó Shakespeare en Hamlet es el útero materno desde el que un feto se siente, en efecto, rey del espacio infinito de la conciencia desde el que ejerce de narrador de esta historia sombría de adulterio y falsedad en la que con frecuencia luce el sol del humor y de los guiños con los que McEwan ilumina sus extraordinarias marañas éticas.”

La historia de “Expiación” (libro y película) tiene cuatro partes:

La primera comienza en el día más caluroso del verano de 1935, en la campiña inglesa, en la casa de la aristocrática familia Tallis. En la Casa Tallis habitan la madre, Emily, y la hija menor, Briony Tallis, de 13 años. Después del abandono por parte de su madre y la imposibilidad de cuidarlos por parte de su padre, los Tallis reciben a sus primos, Lola y los gemelos Pier y Jack. Al mismo tiempo, llegan a la casa desde Cambridge, en donde estudian, su hermana Cecilia Tallis y Leon Tallis, junto con su amigo, Paul Marshall, un empresario millonario en la industria del chocolate, para pasar el verano todos juntos. También arriba, proveniente de Cambridge, en donde el padre de la familia Tallis ha asumido el costo de sus estudios, el joven Robbie Turner, hijo de la criada de la Casa Tallis.

Briony, que en el inicio de su adolescencia se ha enamorado de Robbie, ve que su hermana mayor Cecilia sale empapada de una fuente en frente de la Casa, vestida solamente con su ropa interior, mientras Robbie la observa. Este, y otros hechos posteriores, como una maravillosa escena en la biblioteca entre Robbie y Cecilia, desatan una inusitada tensión que va elevando la obra a su primer clímax. Clímax en el que una noche desaparecen los gemelos y durante la búsqueda, Briony descubre a su prima Lola acostada en el campo y a un hombre huir de la escena, una escena confusa en la que Lola da a entender que ha sido violada. Briony, en su aturdimiento, asegura que ha visto a la persona que lo hizo y acusa a Robbie, a quien condenan y encarcelan, momento a partir del cual cambia la vida de la familia Tallis, incluidos sus primos.

En la segunda parte del libro – y de la película- se nos relata la vida de Robbie, una vez ha salido de la cárcel. Es la vida de médico que nunca pudo serlo, de un soldado cuya única opción ha sido alistarse en el ejército y partir a Francia. Todo ello en la Segunda Guerra Mundial. Vivimos el episodio de Dunquerque con todo el dolor posible. Hacia el final de la segunda parte, Robbie se queda dormido en Dunquerque, un día antes de su evacuación.

En la tercera y cuarta partes del libro, en 1999, nos encontramos a una anciana Briony, que también ha sido enfermera pero que, sobre todo, se ha convertido en una reputada escritora y que, desde la distancia del futuro, observa y relata ese pasado que ella se encargó de modelar. Asiste al matrimonio de Lola y Paul Marshall. Y decide escribir una novela que, entre la ficción y la realidad intenta ser un instrumento de expiación, uniendo a Robbie y Cecilia para siempre. Pero nada será nunca suficiente para expiar las culpas de nuestros crímenes, y el tardío encuentro con toda su familia en la Casa Tallis desatará realidades dolorosas e inesperadas…

Un libro que es testimonio histórico, novela romántica, novela de guerra, pero novela de catarsis también. Tres libros en un solo libro, uno de los cuales lo escribe uno de los personajes. Un libro grandioso, épico, si se quiere. No nos extrañemos, pues, que McEwan esté dentro de los próximos premios Nobel de literatura.

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.