Todos los regalos. Todos los que tienen sus amigos y todos los que ven en el mercado.

Quiero que sepas que mis hijos aman tu existencia. Y yo también, claro. De niña esperaba desesperadamente el momento en abrir el presente que venía de parte tuya. Eras una magia envuelta en el más fino papel de regalo.

Mis hijos no solo te aclaman desde el mes de Noviembre. Te tienen en el primer puesto de los Superhéroes. Halagan tu generoso corazón y también tu inmensa billetera, porque aún creen que eres capaz de entregar miles de regalos en un solo día y de tener tanto dinero para hacer realidad los anhelos de muchos niños.

A ti, Papá Noel, gracias por permitir ser esa magia y sueño para la inocencia de nuestros hijos. Por servirnos como medio de “timo” para que ellos se porten bien. Tu presencia en nuestra casa da color, vida, inspiración, luz y esperanza. Mucha esperanza.

Por cierto, ocupas bastante espacio en la sala, por aquello de todas las galletas y leche que consumes en cada casa. En tu próxima visita, te tendremos leche de almendras ‘gluten free’ y galletas ‘skinny’ endulzadas con Stevia.

Hoy, con esta carta, también deseo pedirte algunas cosas. Primero, que comprendas que cada año que pasa nuestros niños se atiborran de más regalos físicos y menos de tiempo, de momentos y de enseñanzas. Por eso, ayúdanos Papá Noel. Selecciona de esas listas de regalos los mejores para ellos. No los suplas con todo. Sorpréndelos, eso sí, pero déjales ver que no todo lo que se pide se tiene.

Reparte, mejor, con quienes no pueden tener un pequeño presente. Que ningún niño en el mundo se quede sin un pequeño juguete, por favor, Papá Noel. Ingresa con tu trineo a todos los rincones de los hogares del mundo, especialmente a los de nuestros colombianos.

Demuéstrales a los papás que los hijos pueden ser felices con poco y con lo necesario. Que un regalo dado por llenar el tiempo perdido solo causará más soledad en sus almas.

No te olvides de dejar regalos que reconforten el alma. Déjanos a nosotros los padres el de la sabiduría, de la paciencia y del tiempo para los hijos. Que estemos dispuestos a escucharlos con nuestros oídos, pero también con nuestros ojos. Que nuestros brazos sean el soporte de sus tristezas, de sus soledades. Que seamos nosotros esa esperanza en la que encuentren el apoyo para, juntos, participar de una solución.

Permítenos entender que los regalos físicos envueltos en papel y en cajas grandes no siempre son los más buenos o los más disfrutables. Danos más tiempo de nuestras vidas para esos momentos mágicos de juego, donde votarnos al piso, rodar por una montaña, correr detrás de un pollito y tratar de alcanzar un conejo sean tan divertidos como lograr estar por horas en un Ipad.

Danos más tiempo para enseñarles más valores. Que cuando se habla se mira a los ojos. Que se debe ser agradecido. Que lo que no es de uno no se toca. Que hay que respetar a los adultos. Que se trabaja en equipo y que siempre hay que pensar en el otro antes de actuar.

Enséñanos que las familias son el motor primordial de la educación. Que allí es donde se cocinan las buenas intenciones. Que tener un hogar basado en el amor, la comprensión y en la disposición no solo es tener un regalo maravilloso, sino también un privilegio.

Familia Ferreira Toro
Familia Ferreira Toro / Cortesía de Mónica Toro

Papá Noel, no te olvides de los que no tienen familia. Llega a los hospitales y deja salud a todos los necesitados. A los que viven en la calle, déjales la virtud del cambio. A los que están en las drogas abrázalos y ayúdalos al cambio. Ten en tu corazón, y en el del Niño Dios, a los padres que han perdido a sus hijos en estas fechas, a los que tienen a sus hijos o familiares en un centro carcelario, a los que están en combate.

No te olvides, nunca, de los corruptos, inhumanos y deshonestos. Llénalos de un corazón nuevo y levanta sus cabezas al horizonte, para que se vean en la lista negra que conservas de ellos.

Por último, Papá Noel, deseo que todos mis lectores sean bendecidos con el nacimiento del Niño Jesús y que el Nuevo año les traiga la realidad de los anhelos de sus corazones.

Para terminar, te pido unos días de vacaciones. Serán días llenitos de tiempo con mi familia y recargándonos de baterías para regresar en Enero y seguir construyendo este caminar llamado Mamiboss.

Feliz Navidad y Feliz Año 2020.

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