Sobre lo que abre nuestra excitación no hay nada definitivo; algunos hombres son olfativos, pero estadísticamente los hombres suelen excitarse, en primer lugar, con lo que ven; y en segundo lugar, con lo que escuchan.
En mi caso, me generan fascinación los hombres que se excitan con la mente a través de lo que leen; aquellos que para entrar en estado de excitación ponen a trabajar más la imaginación. Este tipo de relaciones las vengo siguiendo por dos fenómenos que me atraen poderosamente: el chat y la literatura erótica. Dos grandes pasiones personales con las que puedo llegar a entender mejor lo que hace que una persona se estimule, genere dopamina (el neurotransmisor del placer), se excite y tenga erecciones. La literatura erótica es rica en matices y existen textos eróticos que pueden encontrarse desde tiempos bíblicos hasta hoy. Y con el chat, que es un fenómeno más de nuestros días, puedo asegurar que se puede mantener una relación sexual sin penetración pero con todos los demás ingredientes.
Antiguamente las personas se contentaban con escribir mensajes –para mí esto siempre fue lo más interesante- pero después, los chats empezaron a incluir cada vez más contenidos visuales, y de sonido.
Hoy en día, en los chats sexuales entre desconocidos, la gran mayoría de usuarios está dispuesto a salir en una webcam, y los menos osados prefieren hablar por Skype, pero no quedan apenas los usuarios que elijan el texto como método de seducción.
Y en los chats con conocidos, como es el WhatsApp, se ha generado una nueva forma de seducir con emoticonos, medias frases, clips de audio, videos e instantáneas picantes. Aún así, resulta fascinante poder ver que estas conversaciones en tiempo real han convertido a mujeres y hombres en nuevos seductores de la tecla y que se ha generado un morbo nuevo con esta tecnología.
En cualquier caso, con este asunto extraigo dos conclusiones que merecen tema de tertulia.
1. Ser un seductor de palabra, imagen y sonido no es igual a ser un buen amante
2. El sexo es más mental que corporal. Y entender esto podría darle a muchos una vida sexual diferente y placentera. Aunque los ingredientes están en el cuerpo. ¡Atención!: Todo el sexo está en la cabeza.
Aprecia los signos de satisfacción sexual
Tengas el estado civil que tengas, tu vida sexual puede ser activa y maravillosa si la incluyes en tu menú de bienestar real. Lo importante es que la diseñes con responsabilidad y satisfacción a partes iguales. Recuerda que una vida sexual basada en la escucha siempre te traerá más bienestar y una vida sexual mucho más larga. Pregúntale a tu pareja sexual: ¿Qué es lo que te gusta? ¿Cómo te sientes mejor? Aprecia sus signos de aceptación y lee siempre las señales. Un cuerpo satisfecho se detecta porque puede contagiar placidez, excitación y placer: lo que se busca al compartir la sexualidad con tu pareja sexual.
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