La afirmación me pareció desproporcionada, pero al abrir las páginas web de los 5 principales medios de comunicación el balance fue contundente.

Muertes, corrupción, violaciones, feminicidios, abandono, violencia intrafamiliar, hurtos, agresiones entre políticos de una corriente y otra, encabezaban los portales.  Tan solo unas pocas notas deportivas y de cultura, le hacían contrapeso.

Pero luego analicé y comprendí que la semilla del negativismo no se siembra necesariamente en las noticias, sino en las columnas de opinión. Es entendible, la naturaleza misma de este género, el de opinión, lleva a que todo sea criticado, juzgado, señalado y censurado.

Entonces, como una invitación a la reflexión y al equilibrio, decidí no caer en lo mismo en esta columna. Sin dejar a un lado lo malo y lo feo, hablemos también de lo bueno que dejó la ‘Marcha por la No Violencia’ del pasado domingo.

Lo bueno, los abrazos y saludos espontáneos a los policías.

Lo malo, tomarse fotos dando esos abrazos para subirlas a las redes y que vean lo ‘humildes que somos’.

Lo feo, no saber ni el nombre o la procedencia de alguno de los policías que fallecieron en el atroz atentado, y que todo sea por ‘dejarse ver’ en la marcha.

Lo bueno, el consenso ciudadano en torno al dolor que todos sentimos por las víctimas del conflicto.

Lo malo, los políticos de extrema derecha y extrema izquierda que se aprovecharon de ese dolor para dividir a la gente.

Lo feo, revalidar que el odio está tan enquistado que en algunas ciudades (especialmente en Medellín) la marcha de la no violencia terminó en violencia.

Lo bueno, dejamos de ser un país indolente y nos convertimos en un país ‘acostumbrado’ a la paz, que sufre por estos atentados.

Lo malo, se perdieron 17 meses de diálogo con el Eln y aunque todos queremos la paz, es poco probable que se logre convocando a una guerra.

Lo feo, sembrar terror diciendo que volvimos a la Colombia de los años ochenta.

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Lo bueno, ver a decenas de ciudadanos llevar flores y velas a la Escuela General Santander para rendirle homenaje a las víctimas.

Lo malo, los ‘activistas’ y twitteros que ya estaban buscando en esta marcha impulsar sus otras iniciativas politiqueras (electorales), e irresponsablemente hablaron hasta de cortinas de humo.

Lo feo, esos que aprovecharon el tema para hacerse su agosto y vender vuvuzelas, pañuelos, camisetas y hasta gorras de la Policía. Tengan un poquito de consideración.

Lo bueno, la actitud mesurada y los mensajes equilibrados de Juan Manuel Santos e Iván Duque, que evitaron la confrontación y el protagonismo.

Lo malo, el oportunismo de los candidatos al Concejo y la Alcaldía que intentaron llamar la atención, con sonrisas fingidas y fotos calculadas, para ganar votos.

Lo feo, el batallón de escoltas, motorizados y camionetas blindadas de todos los políticos que fueron a la movilización.

Lo bueno, que los medios reiteraron una y mil veces que la marcha no tenía un tinte político ni había sido convocada por algún movimiento en particular.

Lo malo, que esos mismos medios se prestaron para la politización y entrevistaron más a los políticos y funcionarios, que a los ciudadanos.

Lo feo, que varios noticieros abrieron con los videos de los violentos, y no con los actos simbólicos de rechazo a la violencia.

Tratar de encontrar lo bueno de la marcha no significa que dejemos de ser críticos ante la realidad. No, para nada. Develar todo, especialmente lo que afecta al ciudadano de a pie, es sin duda alguna la razón misma del buen periodismo.

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.