Lo que ocurre en el departamento del Cauca es la sumatoria de violaciones a los derechos humanos, de presencia de grupos armados ilegales, amenazas contra líderes sociales, profundas desigualdades socioeconómicas y estigmatización de las comunidades étnicas afro e indígenas. En dos semanas han sido asesinados cuatro indígenas en el norte del departamento y se mantiene la presión y los enfrentamientos entre bandas por el control del negocio del tráfico de drogas.

Los grupos armados ilegales agreden e intimidan a la guardia indígena, violentando el control territorial que ella ejerce para preservar la tradición política, espiritual y cultural. Está en riesgo la autonomía de los pueblos indígenas que resisten la presión sobre sus resguardos. Este año han sido asesinados en la región al menos 22 líderes sociales, nueve de ellos indígenas.

Pero los pueblos indígenas del Cauca no deben ser noticia solamente cuando se les estigmatiza o cuando son víctimas de ataques. Los pueblos indígenas del Cauca son actores de paz, su historia de lucha por sus territorios y los logros alcanzados lamentablemente no están en las agendas de los medios de comunicación y menos en los planes del Gobierno para atender a esas comunidades y protegerlas. Para llamar la atención sobre este panorama, entre jueves y sábado habrá un encuentro en la plaza principal de la cabecera municipal de Toribío, promovido por el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC).

El Encuentro ‘Tejiendo Resistencias para la Vida’ tiene el apoyo de la Defensoría del Pueblo, de organizaciones defensoras de derechos humanos y de la comunidad internacional. Significa llamar la atención sobre lo que está pasando en el Cauca y lograr los apoyos para recuperar “la armonía territorial y vivencia pacífica y cultural de las comunidades indígenas”.

No puede ser una acción momentánea, sino algo permanente, una política que de vida a lo pactado en los Acuerdos de Paz y en los compromisos asumidos con la Minga Indígena. Se requiere inversión social del Estado, respaldo a las autoridades indígenas en su ejercicio de control del territorio, una presencia estatal efectiva que garantice la vida, la seguridad del territorio y de la tradición milenaria de los indígenas del Cauca. Por eso, no podemos conformarnos sumando víctimas de una violencia de los distintos conflictos que confluyen en un territorio donde el Estado no hace nada para evitarlos. Ojo que esto no es de ahora, sino que se ha registrado por décadas. Hay que parar la tragedia del Cauca.

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