Algunos candidatos presidenciales en Colombia no se quieren comprometer con las denominaciones derecha e izquierda. Por eso unos asumen el centro y otros caen en ambigüedades, pues es claro que esos dos términos surgidos en la revolución francesa se prestan para confusiones, subrayando que los seguidores de la izquierda buscaban la alternación en el gobierno, y los otros, la perpetuidad,  y después de más de 220  años la izquierda y la derecha se utilizan muchas veces para divagaciones, siendo en ocasiones profusas y difusas, especialmente por la secta marxista leninista, que en sus diferentes pelambres, valiéndose de la mentira y la violencia, aparece  como supuesta adalid de  la lucha social, pero al igual que Hitler en la Alemania de los años  20 y principio de los 30 del siglo pasado, lo que busca  es el poder usando el mismo discurso miserabilista y fatalista.

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Claro que el Fuhrer, análogamente a los seguidores del comunismo totalitario antes de conquistar el poder, aparecía como un izquierdista que buscaba la renovación, muy parecido a los  candidatos que hoy en Colombia se  presentan  como progresista o alternativos, porque unos   y otros proclaman el cambio. Ya en el poder Hitler se derechizó al convertirse en dictador, como lo saben hacer los marxistas, casos concretos de Cuba, Norcorea y ahora Venezuela. O sea que son de izquierda cuando están en  la oposición, pero se convierten en la ultraderecha si llegan a la dirección del Estado (de acuerdo a la revolución francesa), así que la   dicotomía entre izquierda y derecha para las elecciones de 2018 hay que cambiarla por el  dilema entre democracia o totalitarismo, representada la primera por las fuerzas republicanas y la segunda por el marxismo leninismo con todas sus marcas, incluyendo desde luego a los idiotas útiles que actúan de mala fe o por ignorancia.

Con el mismo cuento que están echando los marxistas y sus cómplices, acerca de que hay que cambiar la oligarquía que lleva 200 años, fue que Hugo Chávez se montó en el poder en Venezuela. y los resultados están a la vista, con un país que después de 19 años de socialismo del siglo XXl (disfraz comunista) está en un crisis humanitaria, en donde millones de  jóvenes tienen que salir a naciones vecinas  para rebuscarse la vida, muchas veces pidiendo limosna o prostituyéndose, como lo vemos en diferentes regiones de la geografía colombiana. Así que hay que ponerle cuidado a las propuestas de cambio, principalmente  las comunistas.

La internacional comunista del foro de Sao Pablo le ha funcionado muy bien al  totalitarismo en Latinoamérica, y aunque algunos países se han podido librar de semejante bestia apocalíptica, fundada por el sátrapa de Fidel Castro y Lula Da Silva en 1990, Colombia se encuentra en la mira, y para ello hay varios partidos afiliados, como son el Partido Verde, el Polo Democrático, progresistas de Gustavo Petro, la Unión Patriótica, el Partido Comunista y las Farc con el Eln  fueron fundadores. Por ello precisamente Colombia está en una encrucijada y tendrá que definir entre la democracia y el totalitarismo.

Las Farc firmaron un acuerdo de paz con el gobierno de Santos, desconociendo los resultados del plebiscito del 2 de octubre de 2016. Sin embargo,  por esa circunstancia la organización terrorista no dejo de ser marxista leninista, con todo lo que eso implica para la nación, entonces sabiendo que el comunismo totalitario está en las antípodas de la  democracia.

La ciudadanía amante de la libertad debe aprestarse a defender su dignidad en el 2018 en las justas electorales, sabiendo que en un régimen comunista cualquiera, que sea su remoquete, el Estado asume todos los poderes sobre las personas, quitándoles los derechos individuales, lo que significa el envilecimiento de la sociedad.

El doctor Sergio Fajardo, candidato de Coalición Colombia, cuenta dentro de quienes los respaldan con el Partido Verde y el Polo Democrático, agrupaciones políticas afiliadas al marxista foro de Sao Pablo, y eso sí lo debería aclarar el aspirante a la Presidencia, porque sería algo similar a que otro candidato tuviera el apoyo de un partido que internacionalmente  estuviera afiliado a una organización neonazi. ¿Se imaginan los alaridos de los llamados izquierdistas y progresistas? Advirtiendo que el fascismo, el nazismo y el marxismo pertenecen a la matriz hegeliana y que los tres son enemigos de la humanidad, siendo el más criminal el marxismo leninismo, que  tiene una deuda con la humanidad de más de 100 millones de vidas en el último siglo y ninguno de sus  connotados dirigentes a nivel mundial a pedido perdón por semejante genocidio.

Los  llamados grandes medios de comunicación en la presente contienda electoral no deberían ser ajenos a  temas como el foro de Sao Pablo. Por eso es bueno que lo estudien para impulsar debates, pero sin caer en el eclecticismo, porque lo que está en juego es la democracia que peligra ante el totalitarismo comunista que se presenta para el 2018 abiertamente o en cuerpo ajeno, reiterando que Colombia se encuentra en el dilema entre   democracia o totalitarismo.

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.