Lleva dando palos de ciego como un pollo sin cabeza por un tiempo y ya le cuesta reconocer cuándo está haciendo las cosas bien de cuándo está metiendo la pata hasta el fondo.
Puede tener dos vertientes: la de convertirse en un ligón sin parangón, pero que no genera ningún vínculo real con las personas con las que sale; o la de una persona que ya no consigue sorprenderse y sentir algo hermoso.
Está desconectado de su fuente. No late. No hace ningún ruido y así ha permanecido por tiempo, sin dar señales positivas de enamoramiento o de sentimientos que lo vuelvan a hacer latir con fuerza.
Pesimista, desengañado, hosco y frío, el corazón ciego se reconoce fácilmente porque puede llegar a expresarse con cinismo sobre el amor, llegando a parecer incluso gracioso.
Es un corazón que no recuerda a las personas que pasan ahora por su camino, que le da lo mismo ir a cenar, que sacar al perro, que recibir un abrazo o que tener que ir a pagar una multa de aparcamiento. Ahora es difícil sacarlo de su estado de resaca y ceguera porque no está centrado y se ha convertido en su primer saboteador.
Tendría solución si fuera consciente de su problema.
Consejos para el corazón ciego y con guayabo
+Lo mejor para la resaca es dormir y dejar de beber. Lo mismo pasa para tu corazón. Encuentra formas de volver a sentirte bien sin necesidad de dinamitar al amor o a sus primeras expresiones
+ Si bien no te gusta dejarte llevar por el sentimiento, sería interesante que pudieras elegir a conciencia un par de personas para quedar en los próximos seis meses y darles una oportunidad. ¡Elige bien y habrá más oportunidades de que tu vida cambie!
+Intenta recordar una vivencia positiva que tengas dentro y rememora este instante. ¿Qué emoción despierta en ti?
*Un viaje emocional puede ir acompañado de un consejero o de alguien que pueda ayudarte a portar tu brújula emocional. La resaca la superarás, y la visión la recuperarás si es lo que quieres.
El coaching del amor puede ayudarte a que el camino sea más fácil y a que no te pierdas en el viaje!
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