¿Alguna vez se han preguntado porque nacieron aquí, en Colombia?

Pues bueno, sea la respuesta sí o no, el misterio sigue actuando sigilosa y sabiamente. Paso a paso la ruta natural se revela ante nosotros, y cada día nos damos cuenta de que las cosas no son casualidades, sino causalidades: que han tenido siempre un propósito en nuestro aprendizaje.

Sin embargo, pese a ello, pese a la maravilla, el misterio, frente a la apatía o la ignorancia, en mí sí ha nacido una necesidad de plasmar aquí una inquietud, de revelar ante ustedes un complejo de palabras para que nos preguntemos en que mundo, planeta, ciudad habitamos.

Quizás muchos de nosotros hemos estado detrás de las noticias, hemos estado al tanto de del periódico y de Facebook, o quizás muchos más han querido poner ‘off’ al misterio de la vida y aceptar una dinámica monótona donde la magia no tiene cabida, sin embargo son nuevos tiempos, donde me alegra que tengamos acceso a un panorama distinto, y podemos ver la vida como un real milagro.

Hoy, repetí la película Colombiana ‘Colombia Magia Salvaje’  y en verdad me sorprendí de nuevo. Vi a mi conciencia testigo queriendo escribir y hablarles sobre mi experiencia.  Me sorprendí de nuevo, no solo por las imágenes que allí acontecieron, sino por los comentarios, las caras, y los aplausos de quienes estaban conmigo al lado. En esta ocasión la obra no fue solo la película, sino el público se convirtió en protagonista de la noche.

No me esperaba que una película tan hermosa, tan simple y a la vez tan compleja revelará la grandeza del territorio que pisamos.

¿Colombiano? ¿Cuántas veces nos hemos sentido orgullosos de nuestro país?¿ Es que acaso no lo hemos asociado con conflicto, narcotráfico, pobreza, paramilitarismo, falsos positivos y una corrupción que aparentemente no tiene limites?  Pues bueno, creo que el sentido de pertenencia que sentí hoy me motivó. Éramos 20 personas, y las 20 nos paramos a aplaudir por un solo instinto. Una emoción distinta a cuando nos ponemos la camisa de la selección Colombia y vamos a la tienda de la esquina a embriagarnos porque perdimos o ganamos.

Luego de ver la película, pude entender que no soy Colombiano solo para gritarle el mundo quien soy, o para sentirme desafortunado por estar en un país “tercermundista”. Después de ver el desfile de imágenes tan hermosas que allí se presentaron, supe que no solo soy un hombre, sino un hombre responsable; y no solo responsable conmigo, con mi espíritu, sino con las próximas generaciones.

Sabemos bien el poder de la naturaleza, pero también hemos sido testigos de la barbarie que ha causado el hombre. Somos conscientes del poder transformacional que tenemos para cambiar un país, para liberar hombres, hacer revoluciones, pero también para destruir países y razas enteras.

Hoy sé que tan solo estoy detrás de un escritorio, pero mi corazón está feliz, está enormemente sorprendido y ansioso por ir allá, al mundo de verdad, al mundo que se sorprende con miles de especies diferentes de aves, de flores, de mariposas. Y sé que para llegar allá, no solo necesito dinero y un tiquete, sino necesito la voluntad del cambio, porque “llegar allá” no es pisar otra ciudad, otro país, “llegar allá” es ir a otro estado de consciencia viendo la magia en cada detalle.

Ejercicio practico: Date la oportunidad de volver a ser niño. Si consideras que dibujas bien o no, realmente no importa. Regálate la oportunidad de coger una hoja en blanco y dibujar a Colombia. Dibújalo con sus colores, con su cultura, con lo que percibas de ella. Y luego de eso , guárdalo en un lugar preciado de tu casa.

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