1.El Vicioso

Lo más rápido para perder a una mujer es que ella te vea a ti sumido en el alcohol o en el vicio que tengas (el juego, las drogas, la comida, las mujeres) y que también vea que no eres capaz de encontrar una salida a estos vicios. En muchos casos se trata de adicciones que no habías compartido con tu pareja, o de adicciones que empiezas a mostrar poco a poco. Un hombre con vicios es un hombre que también viene con muchas limitaciones. Hay vicios de muchos colores y muchos sabores. Lo importante es que si tienes un vicio, tienes que saber que así será más difícil tener una relación. Hay muchas mujeres pensando que están con un santo varón, pero están con un tipo  lleno de adicciones que no conocen bien. Si estás enviciado, busca ayuda.

  1. El bolsillo roto

Un hombre que no sabe gestionar su economía es un verdadero quebradero de cabeza. Para muchas mujeres es importante estar con un hombre que tiene una economía saneada y que le van bien las cosas. Cuando se empieza a descubrir que ese hombre que a uno le gusta se gasta todo el dinero en pendejadas, o que está endeudado, o tiene una mala gestión de su nómina, de inmediato se pierde el interés por este hombre. A ninguna mujer le gusta estar con un man que está colgado de plata. Otra cosa es que en este momento estés pasando por una dificultad económica, pero si nunca has salido del bache económico, definitivamente no eres la persona más atractiva del universo.

  1. El machista

Un hombre machista es un hombre que demuestra su cobardía y su incapacidad de entender que las mujeres no estamos aquí para servir a los hombres y, por el contrario, los hombres y las mujeres podemos ocupar las mismas posiciones, tener las mismas responsabilidades, y, por supuesto, tener las mismas aspiraciones salariales. Apostar por un hombre con visión machista es como ser un dinosaurio y votar por el meteorito.

  1. El sucito

Hay muchos hombres que se ven muy limpios y aseados en la primera cita, eso hace que uno se fije en ellos y piense que son unos tipos muy apetecibles, de los que huelen bien, tienen el pelo limpio, toda la ropa la tienen en buen estado…¡y hasta planchada! Con el tiempo puede pasar que un hombre decida dejar de arreglarse y dejar de cuidarse, y en ese momento es cuando las mujeres podemos sentir que no nos gusta estar con un tipo desaliñado o que huele mal.

En Latinoamérica este tipo de cosas se puntúan mucho porque una persona que huele mal o que no se afeita y se deja la barba descuidada, no tiene las mismas posibilidades que una persona que sí va aseado a todas partes.

Recomiendo que, si tú eres un hombre, y vas a salir con alguien, no pienses que desaliñado y desaseado te va a ir mejor, por el contrario van a decir que eres un cochino y no van a volver a salir contigo.

El sordo

Hay muchos hombres que parece que nos están escuchando. Mueven la cabeza y nos miran, pero cuando les preguntamos por los detalles, las horas, o ciertas frases que parece que han quedado claras, resulta que, para ellos, no lo están tanto. Hay hombres que te miran y tú crees que te están escuchando, pero lo cierto es que están pensando en el resultado de su equipo de fútbol, o en qué tienen que decir mañana en una reunión, pero a ti no te están prestando atención. Cuando una mujer se da cuenta de que llevas 30 minutos con la misma cara, y  de que no te has enterado de nada de lo que te han dicho, es normal que ella desate su frustración y tenga una reacción fuerte. Hay paredes que tienen más capacidad de escucha que algunos hombres así. Aquí también se suman los que nunca responden a las preguntas que les hacemos y tienen un diálogo de besugos como medida de comunicación.

El infiel

Si lo tuyo es cambiar de mujer como de canal, es muy probable que no encuentres a nadie que te aguante por mucho tiempo. De la misma forma que hoy lo haces y ella no se da cuenta, el planeta es más pequeño de lo que parece y, al final, la infidelidad se termina sabiendo. Cuando pones los cachos una vez y otra vez y ya te han perdonado, creo que lo mejor sería que no prometieras algo que no estás en capacidad de dar. Si lo tuyo es la vida liberal, hacer a una mujer infeliz es una canallada. Un hombre infiel no es ningún chacho, por el contrario, suele ser una persona que tiene que mentir, esconderse y saltar charcos para que no lo cacen.

Si este es tu problema, mira si lo tuyo son las relaciones clásicas o te puedes permitir un modelo en el que no tengas que mentir para ser tú mismo.

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.